Yo he sido siempre bastante íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“superficialíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Â
incluso para el norte. La profundidad media de la mayoría de mis salidas es de 4,5 metros (os juro que no es coña). Y no es porque me dedique a la rompiente, que la aborrezco aunque muchas veces no quede más remedio.
Algo similar creo que debe pasar en esas aguas, aunque no te guste bajar no te queda mas remedio. Dudo que en el sur de Gran Canaria haya algo por encima de los -15 (que no sean Petos..).
Los dos dias de pesca anduve acojonado aunque siempre tuve alguien que me controlaba en superficie. Y es porque pasando de los -15 daba gustirrininíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ ese silencio, el agua calida y claraíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ necesitabas recordar a cada momento que había poderosas razones en el hotel para no cagarla.
En fin, demasiado estrés para mi. El sabado pasado fui a pescar por Ferrol y a la mínima me pegué a orilla, entré en mi mundo, sin preocupaciones, desconectando totalmente y disfrutando de la apnea hasta el final. Imaginando que los pintorros que volvian de comer mejillón en las piedras fuesen meros. Así es que me dieron las tantas y ahora estoy arrestado.