Carta a la consejera y al viceconsejero de Pesca
Les voy a contar una historia. Imagine por un momento que es usted un motorista, que tiene un pequeño scooter con el que se desplaza a su trabajo. Imagine que se entera de que el concejal de tráfico de su ciudad va a prohibir el tráfico rodado de ciclomotores y motos en casi toda la ciudad, de tal forma que le obligue a tenerse que desplazar de cualquier otro modo.
Seguramente se preguntará el porqué. Poco más tarde se entera que la razón justificativa de tal orden es que la ley permite el limitar la circulación a los vehículos que se considere oportuno y este motivo es que existe peligro para viandantes y resto de tráfico ya que estos vehículos pueden realizar maniobras peligrosas.
Esa es la justificación que saldrá en la orden. Algo más tarde resulta que se entera que ese supuesto motivo es que la presión del colectivo de taxistas, hartos de ver como algunos motoristas se saltan los semáforos, no respetan señales, adelantan sin cuidado y por lo tanto, es verdad, que ponen en riesgo la circulación, presionan al concejal de turno para que elimine la circulación de estos vehículos.
Usted, como motorista, tal vez pensaría que esas mismas faltas las realizan también algunos vehículos privados, taxistas, furgonetas de reparto, etcétera. Mi pregunta es: íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿Cómo se sentiría usted?
Le voy a responder como me sentiría yo. Me sentiría indignado, furioso y entristecido de ver como un colectivo puede mangonear de tal forma a un político para que este gestione las carreteras en beneficio de unos pocos.
Bien, yo practico la pesca submarina y me siento como el motorista, donde el colectivo de taxistas son los pescadores profesionales y íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿adivina quién es el concejal de Tráfico en esta historia?
Niko
http://www.diariodeavisos.com/content/215044/