Los familiares quedan destrozados. Es algo durísimo de asimilar.
Por otro lado, cuando desaparece alguien y empieza a aparecer la sombra de la duda te pones muy nervioso. Afortunadamente siempre está metido detrás de un pequeñísimo escollo que has mirado tres veces con la barca pero justo detrás no, o subió a tierra porque le vino una necesidad, o lo que sea, pero el susto no te lo quita nadie.
Prefiero hacer las cosas con respeto innato y adquirido al peligro y no pensar en ello más, porque ni me es efectivo -no aumento mi seguridad, sólo mi miedo- o me entran paranoias.