Tan solo quería compartir mis últimas salidas de pesca. No han sido nada del otro mundo, más bien escasitas, aunque dadas las fechas tampoco me esperaba mucho más.
Estas últimas pescas se desarrollan en una época complicada para mi, estando muy muy próximo ese último escalón de la carrera que es la entrega del proyecto fin de carrera.
A tan solo 11 días de la fecha fatídica, en plenas fechas navideñas no puedo evitar organizar una pequeña reunión, que en realidad se hizo sola... me llama Sergio un día y me comenta que va a ir a Murcia con Susana de compras y tal... ya está... reunión montada... un par de llamadas y nos juntamos Sergio y Susana, Andrés y Merce, Rafa, Alvaro y yo. Nos veremos por la noche en mi casa, cenita y tal... y al día siguiente una jornada de pesca.
Tampoco puedo evitar irme a pescar la tarde de antes. Quedo con íƒÂlvaro para tentar esos dentones que este otoño por unas cuestiones o por otras, no hemos visto. A esta pesca se apunta Alexis (Jurelito) un figura canario que está pasando las fiestas con la parienta en Cartagena.
Todo un placer conocer a un canario que no se queja (tanto) del frío
Hace una tarde buenísima, agua tranquilita, sol... son las 3 de la tarde y las familias bien abrigadas pasean con los niños que corretean por la playa mientras nosotros nos despelotamos. Mientras nos cambiamos vamos pensando la estrategia de pesca. íƒÂlvaro irá por un lado costeando en busca de alguna plateada, y Alexis y yo saldremos directamente hacia fuera buscando los lilas (es una estrategia cojonuda eh?). Vamos saliendo y vamos viendo carnada... la cosa está interesante, hay ambiente... a la tercera espera veo a mis amigos. Nerviosos, juguetones y pequeños... algo desconfiados incluso. Me gusta y llamo a Alexis para comentarle la situación pues nos había comentado que el no había visto antes dentones y le hacía ilusión. Mientras le veo bajar rezo para que sigan por ahí mis amiguetes... un rato después (tiene muy buena apnea!) lo veo subir... los vio!...
Mi turno de nuevo. Bajo sigilosamente y me oculto entre dos piedras, los veo, pequeños y remolones. Al poco entra en escena un bicho, lomo azul eléctrico, ojos negros y vacíos, un viejo lobo, depredador frío y calculador. Mi posición es buena, le llamo casi con miedo y me aprieto contra la piedra, el fusil le enfoca para minimizar la superficie visible. Se gira, le pica la curiosidad, se queda parado y se vuelve a girar, desganado y finalmente se pierde en la lejanía. Tengo que subir ya.
Con el pulso a mil le comento a Alexis la situación. A partir de entonces nos vamos alternando bajadas, a veces viéndolos, otras veces no... del bicho ni rastro, solo los pequeños remolones, que se acercan ya bien avanzada la apnea para dejarse ver y alejarse de nuevo sin dar opciones.
Al poco llega íƒÂlvaro, no hubo suerte con las plateadas. Le comento la situación y seguimos. Opto por separarme un poco de la zona cero, busco nuevos roquedales en los alrededores intentando atraerlos desde otras orientaciones a ver si en alguna pican, pero nada... siempre la misma historia, apareciendo muy al final de la apnea, ya sin opciones.
Opto por acechar en la dirección que creo que están, ya que siempre vienen al final, a ver si esta vez al menos cuando se dignen a aparecer estoy yo más cerca... tras un par de acechos infructuosos localizo unos bloques grandes de piedras.
Decido cruzarlas acechando y hacer una espera en el límite a ver si estuvieran por ahí. Caigo lentamente y me dirijo a un pasillo entre dos piedras, un par de metros más adelante hay una gran piedra que me ofrece una buena cobertura. Mi idea es asomarme discretamente por un lado y hacer ahí una espera. Cuando me estoy desplazando hacia la piedra grande el banco de dentones me sorprende por encima de la piedra grande, apareciendo a ambos lados. Me quedo quieto, no tengo ninguna cobertura ahí, los dentones conforme superan la piedra giran y cambian de dirección al verme, intento apuntar por encima de la piedra a ver si me diera tiempo a apuntar a alguno.
Me doy cuenta entonces que, a mi izquierda, hay un grupo de tres ejemplares que venían más separados y me observan a una distancia prudente, no son grandes, pero ya están bien. Giro mi madero lentamente y tras empujarme suavemente con la mano consigo poner a tiro a uno. La 7mm sale en su buscaíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ una estela de burbujas me confirma el impacto. El carrete no para de sacar hilo y veo como desaparece bajo una viseraíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ sin embargo el carrete sigue cantandoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ lo veo platear más allá y de nuevo meterse en otra visera (la virgen la que me está montando!!) de nuevo lo veo salir y luchar frenéticamente contra la varilla.
Le veo asomar por una piedra mientras me dirijo hacia el a toda velocidad, veo claramente la varilla y la aletilla, de la flecha que sale de la piedra mientras el dentón lucha, apenas me queda un metro para llegar, el dentón se para, cansadoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ exhausto, se desliza hacia abajo por la flecha y la aletilla se cierraíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ cuando voy a tocarlo, de nuevo revive en un último intento por escapar y con la aletilla cerrada íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡se sale!!, apenas puedo rozarlo con los dedos cuando se mete en la misma visera de la que hace un segundo quería salir, en un intento desesperado por cogerlo meto como puedo los brazos bajo la visera, intentando palparlo, pero es inútil, se ha escabullido.
Tardo un buen rato en desliar todo el cosido que me ha hecho por las piedras. Abrí a tope el carrete pensando que el tiro era malo y no quería que se rajara y eso le permitió meterse por todas las piedras que pudo.
Ya recuperado y rearmado, prosigo mi búsqueda a ver si la fortuna me da otra oportunidad o si este año me iba a quedar sin mi dentón navideñoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦
Al sol le queda ya poco para rendirse a la noche, es el momento mágicoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ los dentones han pasado de estar remolones y distantes a abalanzarse sobre mi puesto en el caso anterior, todavía es posible.
Preparo bien una nueva apnea, delante de mí tengo una piedra grande, de nuevo pienso en la misma estrategia, pero esta vez a ver si me da tiempo de llegar al puesto de espera para así poder tener mejor posición de disparo.
Bajo y me oculto tras la piedra, lentamente me desplazo hacia uno de los lados, el más exterior, que da a una pequeña explanada. Al llegar, me pongo y saco el fusil que traía retrasado. No me lo puedo creeríƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ no pasan ni 10 segundos y veo los primeros morros, parece el mismo banco de antes, todos muy parecidos, no muy grandesíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ vienen a verme sin pudor ninguno. Yo estoy bien colocado, espero por si hubiera alguno más grande mientras desfilan a una distancia prudente. Acabándose ya mi apnea, pruebo mi truco de siempre para intentar poner a tiro a uno de estosíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ uk uk, y para atrásíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ uno se decide y se lleva el varillazoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ esta vez no le suelto carrete, y lo sujeto mientras subo. Todo acaba rápido para el.
Ya no hubo más oportunidades, no volví a localizar el banco, pero me llevé mi dentón navideño!!
Por la noche, la cena, espectacularíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ que ganas y que falta me hacía a mi una velada como esa, rodeado de amigos, barbacoa, dentóníƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦
Todo esto ya lo contaron los colegas en el post correspondiente, así como la pesca del día siguiente.
Para el grupo -B- fue bastante regularcilloíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ de dentones ni rastro, de plateadas, ni rastroíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ al final terminamos en una zona cogiendo un ranchillo de salmonetes.
Finalizado el kit-kat, de nuevo al ataque, el último empujóníƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ y finalmente el proyecto entregado el día 11 de enero, incluso me sobraron 15 minutos!! BuffíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ que estrés, y que alivio final.
El mismo viernes, después de comer me acostéíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ me levanté a las 9 de la noche, cené y me volví a acostaríƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ me levanté a las 9 de la mañana, como nuevo, recuperado, aliviado. Recogí mis cosas y me fui a pescar.
De nuevo sol, aunque la temperatura ambiente fría, mar calmado, agua limpiaíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ ideal. Llegué sobre las 12 a la vez que un compañero pescasub salía. Me desilusiona un poco su comentarioíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ -íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“No hay nadaíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Â- en finíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ que le vamos a haceríƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ como siempre no?
Al poco (bueno, un buen rato, soy muy lento para cambiarmeíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦) ya estoy en el agua, esta vez con la cámara en la mano con la idea de grabar algo interesante. En la tercera espera del día me entra esto:
http://www.vimeo.com/moogaloop.swf?clip_id=607528&server=www.vimeo.com&fullscreen=1&show_title=0&show_byline=0&show_portrait=0&color=ff9933Hago también otro vídeo de unos mujoles majos que andaban por ahí tranquilamente.
http://www.vimeo.com/moogaloop.swf?clip_id=613165&server=www.vimeo.com&fullscreen=1&show_title=0&show_byline=0&show_portrait=0&color=ff9933De dentones ni rastro, parecía haber ambiente, pero nadaíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ a las 4 de la tarde, ante la escasez de vida que hay, hago un cambio de zona, pero más de lo mismoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ nada más.
Al día siguiente quedo con Andrés para una pesquerita en el cabo, pero por la tarde, así que por la mañana llamo a mi tío para dar un repaso a unas barras con el barco. Estando por allí recibo la siempre agradable visita de Gorka (Dentex) (seguro que me cogiste la marca mamonazo!!
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La mañana es un poco frustrante, agua limpia como pocas veces se ve, y desierta como casi siempre. A pesar de eso, tuve la increíble suerte de ver una buena lubina, un breado inmenso y una dorada maja, que el destino tuvo el sutil humor de hacerme fallar estrepitosamente. Total que en lugar de salir con tres estupendas piezas en una mañana realmente complicada, lo que hice fue comerme una porra como una catedral.
A las 3 quedo con Andrés, vamos a echar un ratico corto en el cabo. Pega SW y el cabo parece una plancha, rizándose el mar al separarse del propio cabo. No hay mucho tiempo para pescar, así que hay que ir al grano. Una vez en el agua pongo la directa a la íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“zona calienteíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Â, el agua está muy limpia, hay zonas que parece que flotas en el aire.
Conforme voy llegando a la zona disminuyo el ritmo, fondeo la boya y me separo un poco para una primera esperaíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ mucha castañuela, y muchos sargos pequeñosíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ pero nada másíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ avanzo un poco y hago otra espera, nada, a derecha, a izquierda, nadaíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ todo está tranquiloíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ de repente algo llama mi atención, miro un poco hacia arriba, a la izquierda y tengo a dos espetones de buen tamaño parados. Han salido de la nada y han llegado como fantasmas, sin hacer ruido, ni las castañuelas se han enterado. Apunto a uno de ellos, está un poco lejos, pero me estiro un poco y le pego. Lucha un poco pero está tocado. No me da follón.
La siguiente espera caigo en un corte, cubierto por la posidonia, muchos sargos pequeños se acercan curiosos, algo más altas, las castañuelas. Entre los sargos una figura alargada, distintaíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ una lubina. Me está haciendo un arco a cierta distancia, pero queda en el hilo con la espina partida.
3 esperas y dos piezasíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ me las prometía yo muy felices con esta mediaíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ nada más vi en lo que quedaba de tarde.
Después de la pesca, nada como descansar un poco con un vídeo de pesca y luego una suculenta cena. Luego ya coger el coche y para Albacete, más contento que cansado y hablando por teléfono para organizar ya la siguiente.