Tengo dos cuentos con corriente, pero este es uno de los que mejor recuerdo... Como si hubiese pasado ayer...
Cuando vivía en Venezuela, le había cogido el "tiempo" a los petos y podía casi "leer" el mar para saber cuándo podría encontrarlos. Entonces, eventualmente, me llevaba a varios niños conmigo a pescarlos; yo me tiraba con mi fusil y ellos me nadaban alrededor siguiendo mis instrucciones (no chapotear, no gritar, mantenerse a mi lado, etc.). De esa manera, ese grupo de niños que iban conmigo tuvieron la oportunidad (sin saberlo en ese momento) de presenciar uno de los espectáculos más bonitos que se pueden ver en el mar; un cardumen de petos en cacería con el dorso encendido con sus rayas a modo de tigre.
Era uno de esos días de mar excesivamente plano y agua cristalina. Desde la superficie se notaban claramente los "ríos" que la corriente formaba en la superficie del mar. Iba a ser un día duro. Mucha corriente y sin barquero, significa que hay que nadar como un poseso...
Decido ir a un área que siempre me ha dado buenos resultados; no hay ninguna estructura en el fondo, pero hay como un canalón que varía la profundidad de 35 metros a unos 50. Yo solo vi el fondo de arena en los 35 mts en algunas ocasiones cuando estaba en plena forma, pero lo del canalón lo vi luego en una embarcación con toda la electrónica y una sonda tridimensional.
Es una zona muy particular donde con las condiciones adecuadas se puede encontrar cualquier especie: soles, pargos, picúas y sobre todo, petos.
Llegado al área tiro el ancla y ya me doy cuenta de que la corriente está fuerte. Al meterme al agua y cargar el arpón, me muevo unos 10 metros en segundos. HAY UN RíƒÆ’í†â€™íƒâ€ší‚ÂO! Pero bajo el agua también hay un río de petos!
Me rodean unos 30-40 ejemplares de talla similar, unos 15 - 20 Kg. c/u.
Le informo a los niños (eran unos 5 niños entre los 10 y los 13 años) que hay una corriente del carajo y que tengan cuidado. También les digo que está lleno de petos, que se metan al agua con cuidado para no espantarlos y miren callados....
Hago mi primera bajada y utilizando mi "secret technicque"
acerco a varios de ellos. Escojo el más grande que me da tiro y comienza la fiesta...!
El tiro le entra por el "hombro" y es bueno, aunque no toca ni la espina ni ningún órgano vital. El peto arranca y yo detrás de él. La lucha no es muy larga, unos 10 minutos, pero suficiente para que me olvide por un rato de mis acompañantes.
Cuando finalmente tengo mi mano izquierda dentro de las agallas del peto y le clavo el cuchillo en el cerebro es cuando levanto la cabeza para evaluar la situación. El bote está en casa del carajo, en sentido contra corriente, un puntito blanco a lo lejos... y los niños flotando varios metros aguas abajo del río que nos arrastraba, habían presenciado toda la acción de pesca...
Y yo en el medio, con un peto de 20 Kgs en la mano...
Entonces, con la cabeza fría, les grito a los niños que se agarren de las manos que ya vuelvo a buscarlos. Comienzo a nadar hacia el bote y no avanzo casi, pero al voltear veo que los niños se alejan... Para hacer el cuento largo corto, tardo unos 30 minutos de reloj en llegar al bote y subir el peto. Cuando volteo hacia los niños, veo varios puntitos colorados a lo lejos.... Levanto el ancla y me voy a toda leche a buscarlos. Cuando llegué estaban todos agarrados de la mano, algunos llorando. Me contaron que los petos estuvieron en todo momento nadándoles al lado y los "nuevos" pensaban incluso que los querían comer...
Al final no pasó nada. Esa es la historia....