A mí me han intentado sacar dos veces del agua por estar pescando normalmente pero el equipo de rescate entendía que debía de tener dificultades.
Una fue pescando en la espuma en un cabo del mediterráneo que tiene el pueblo encima justo. Hacía el mar normal de Galicia, unos 2 metros de ola, condiciones normales de pesca en la espuma (y había pescado, pillé varios sargos y lubinas interesantes).
La otra fue en Sagunto, también en el mediterráneo, había una ola como de un metro o poco más y con medio metro ya ponen bandera roja (prohibido bañarse). LA socorrista, cumpliendo con su deber, me interceptó dirigiendome al agua. Después de indicarle que no había problema y que las condiciones eran "calma chicha" en mi opinión me dijo que no podía dejarme salir por la playa. Así que hubo que buscar otra manera. En ese momento incluso una señora de avanzada edad, sin calzado, subía desde el mar hasta las piedras del dique. Se podía haber caido y hecho daño. Pero no te estampaba el mar contra las piedras y te rompía todos los huesos si te pillaba.
A este surfero le pasó algo parecido.
Es uno de los pocos que salen cuando de verdad hay olas, porque cuando esta bien hay 30 tios pero con temporal nunca hay nadie y es cuando hay mejores olas y mas pescado.
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Despliegue en A Coruña para rescatar a un surfista que íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚«no necesitabaíƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚» auxiliohttp://www.youtube.com/v/tiToTopEImo.swfEn las agitadas aguas de la bahía del Orzán, en A Coruña, se ha vivido esta mañana una situación bastante surrealista. Un surfista que parecía incapaz de volver a tierra se ha negado a ser rescatado por una lancha de protección civil.
Según informa Miguel Piñeiro desde A Coruña, la alarma la dio una mujer que transitaba por el paseo marítimo. Vio al surfista en medio de la bahía, braceando en dirección a la costa, pero sin poder avanzar en un mar bastante picado. Hay alerta por temporal. Avisó a la policía local, que se personó en la zona, evaluó la situación junto a una treintena de curiosos y decidió llamar a Protección Civil para que procediera al rescate.
Lo intentaron. Se acercaron con una lancha al surfista que se negó a ser evacuado y comenzó a exhibir su destreza sobre la tabla. Aún continuó allí un tiempo, según informa Mónica Pérez, en medio de un mar bastante bravo, hasta que salió de él por sus propios medios.
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Despliegue en A Coruña para rescatar a un surfista que íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚«no necesitabaíƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚» auxilioUna mujer dio la alarma creyendo que el deportista no podía nadar hacia la orilla
Autor: Saúco Fernández
Fecha de publicación: 5/3/2008
Salvamento Marítimo movilizó ayer en A Coruña una lancha de rescate y un helicóptero para socorrer a un joven que hacía surf en la bahía del Orzán. Cuando la lancha logró llegar al lugar en donde se encontraba el surfista, este desestimó su ayuda y continuó con su tabla. Mientras, en tierra, los curiosos, que hacían cábalas sobre la suerte que correría el chico, observaban incrédulos cómo este rechazaba el auxilio.
A las doce del mediodía de ayer, la amenaza de temporal se dejaba ver en el estado de la mar y en una enorme bandera roja que ondeaba desde el mástil de la Coraza del Orzán. Pero el joven surfista que cogía olas en la bahía no parecía en absoluto intimidado por la situación, ni siquiera por la resaca que arrastraba mar adentro su tabla y hacía inútiles muchas de sus brazadas.
La situación fue interpretada de otro modo por una mujer que a esa hora caminaba por el paseo marítimo. Tras observar al joven durante unos minutos creyó que este necesitaba ayuda y alertó a la Policía Local. Varios agentes municipales evaluaron la situación desde tierra y llegaron a la misma conclusión que la mujer: el chico necesita ayuda.
Los policías avisaron a Salvamento Marítimo, que envió una lancha al lugar. El estado de la mar era tan malo -la boya de punta Langosteira registró ayer olas de siete metros- que se tomó la decisión de preparar también un helicóptero por si el rescate no podía efectuarse desde el agua.
Tras sortear varios golpes de mar, la lancha logró aproximarse al surfista, pero este desestimó la ayuda y continuó a lo suyo. En tierra los curiosos no daban crédito a lo que estaba sucediendo.
Ajeno a la psicosis colectiva que se vivía en el paseo, el surfista continuaba remando sobre su tabla en medio de la bahía. Se sumergía una y otra vez frente a una avalancha de espuma blanca y volvía aparecer del otro lado de la ola. Poco a poco, los más de cien curiosos fueron perdiendo su interés en el asunto. Tras otros 20 minutos de arriesgado surf, el chico abandonó la playa y se marchó con su furgoneta.