Dieciocho cofradías explotarán diversos gusanos de mar.
viernes, 14 de marzo de 2008
Los altos precios que se obtienen compensan el duro trabajo que requiere un recurso difícil de extraer. La demanda de gusano de mar también se cubre con producto importado de Chile, Corea y Canadá. Almeja y berberecho ya no son un valor seguro.
La dependencia de un puñado mínimo de especies deja a los mariscadores demasiado expuestos a las consecuencias de una eventual crisis en una de esas pocas especies objetivo. Es por eso que, de un tiempo a esta parte, la tendencia de las agrupaciones de las mariscadores de las distintas cofradías gallegas sea a aumentar su catálogo de productos en busca de una mayor rentabilidad, al tiempo que se reduce esa dependencia.
Algunos profesionales han diversificado su actividad incorporando la explotación de oreja de mar, otros las algas, los hay que apuestan por el erizo, sin faltar los casos de pósitos que han integrado todos esos y aún están pensando en las anémonas y en los poliquetos (miñocas o gusanos de mar).
Por este último producto se han interesado un total de 18 cofradías, cuyos planes de explotación acaba de aprobar la Consellería de Pesca. Están autorizados a extraer cuatro especies de poliquetos diez colectivos de la provincia de A Coruña (Baldaio, A Coruña, Corme y Camelle en conjunto, Espasante, dos colectivos de Lira, Malpica, Miño, Muros y O Pindo), siete de Pontevedra (Vilaboa, Aldán, Cambados, Cangas, Redondela, Vilaxoán y Vilanova) y uno de Lugo (Foz), que a partir del lunes podrán comenzar a extraer el recurso, toda vez que el sábado finaliza el período de cuatro meses y medio de veda.
El creciente interés por la miñoca viene dado por su elevado valor económico. Es muy rentable, sí, pero íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚«da moito traballo porque é moi mala de colleríƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚». Lo dice María José Felípez, presidenta de la Agrupación de Mariscadores Fonte de Santa Helena de Baldaio, a la que ayer aprobaron el que será su segundo plan de explotación de poliquetos. En esa zona capturan, sobre todo, miñoca de arena o mangón ( Arenícola marina ) y los 152 kilos que comercializaron el año pasado se venderon a un precio medio de 22,71 euros. íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚«Compensa, claro que compensa, porque temos poucos ingresos, pero tampouco hai moitaíƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚», se lamenta Felípez.
También las mariscadoras de Vilanova acumulan varios años de experiencia explotando la miñoca. Alrededor de una quincena de mujeres participan en este plan, y hace dos años ganaron íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚«bastantes cartosíƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚», porque hubo pocos días aptos para el marisqueo y esas jornadas se aprovecharon para ir a por poliquetos.
Comercialización
Al tratarse de un recurso no destinado al consumo humano, los productores no están obligados a venderlo en lonja -aunque sí deben pasarlo por los puntos de control- y, por tanto, pueden comercializarlo directamente. Es el caso de Vilanova, donde las mujeres tienen una compradora que les hace pedidos: íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚«Nós apañamos por encarga, pero tamén poderiamos vendelo en lonxaíƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚».
Aunque la mayor parte de las agrupaciones han solicitado autorización para extraer miñoca a pie, también hay colectivos, como los de Lira y A Coruña, que van a extraer las cuatro especies de poliquetos (miñoca de fango, de tubo, de arena o engado vermello, también llamado gavilán) mediante la técnica de buceo en apnea o con suministro de aire desde la superficie.
El auge de la náutica de recreo y la mayor afición a la pesca deportiva han aumentado la demanda de este producto, que el colectivo emplea como cebo. Actualmente, los empresarios vinculados a los efectos náuticos cubren esa necesidad importando gusanos de Corea, Canadá o Chile .