Bueno a ver cuando caen las otras fotos .....
Bueno aquí va la segunda y última entrega:
Despúes de nuestra fallida incursión de BWH, los dos días siguientes los dedicamos a pescar cerca de un Cabo donde hay dos o tres bajos, cercanos a la costa, pero que no velaban y por lo tanto son "menos" conocidos.
Nos desplazamos en coche y nos alojamos en unas cabinas a pie de mar. Las cabinas estaban regular, pero tener el mar a escasos 30 metros no tenía precio. Disponían de aire acondicionado pero era mejor mantenerlo apagado si no querías sentirte como en medio de un areopuerto, hacían más ruido que un reactor, así que era preferible torrarte de calor que pasarte la noche en vela. Además los aires acondicionados ya empezaban a pasar factura y la mitad del equipo tenía faringitis y Carlos tenía una otitis que le iba a impedir pescar en condiciones. El remedio de Carlos contra la otitis nos dejó a todos patidifusos, ¿no hay foto de esto? Yo todavía tengo pesadillas, ja, ja, ja.
El chico de mantenimiento resultó que también era pescasub y nos estuvo contando historias muy interesantes de pescasub, suyas y de su padre, que también pescaba. JJ, que así se llamaba, tenía tres fusiles Cressi de aire que le perdían aire por todos lados. Se vino a nuestra habitación con los fusiles y Fernando esbozó una leve sonrisa. Teníais que haber visto a Fer desmontado y montando fusiles en cuestión de segundos, aquello parecía una cadena de montaje. Estábamos todos observando con ojos como platos, como operaba y soltaba frases del tipo "la tórica del bocal está un poco aplastada". Nos dio un master intensivo de media hora sobre neumáticos alucinante. Yo disfruté un montón, sobre todo por ver a Fernando en su salsa. Si nosotros estábamos flipando escuchando las explicaciones de Fer, JJ estaba como en otra galaxia, viendo varillas de 8mm, puntas zafables, monofilamentos, etc... Al final quedamos en mandarle a JJ un juego de tóricas para que no tenga que bombear sus fusiles cada tres disparos.
Ese día, la pesca fue especialmente dura. La visibilidad era casi nula, y la corriente era endiabladamente fuerte. La boya marcadora se hundía cada vez que entraba la serie. Fueron condiciones extremas pero nos las arreglamos para ir sacando alguna pieza que otra. Fernando mató una hermosa guasa y yo maté una cubera al agujero que me hizo una ilusión loca. A mí me pasa lo contrario que al resto de la gente (a excepción de Víctor, ttlosmeros), pescar un bicho en aguas libres me mola, pero si lo pillo al agujero, me corro. La sensación de acercarte a una raja y distinguir al fondo de la tana el brillo de los colmillos del cubera es una sensación inexplicable.
Foto del cubera:
El día siguiente lo empleamos en sacar las licencias de pesca. Hasta entonces habíamos pescado indocumentados y sin estar seguros de la legalidad de la pesca submarina en Costa Rica, aunque algo de lesgilación sí que llevábamos. Una vez con las licencias de "pesca submarina" en la mano, la cosa cambió y ya íbamos sacando pecho. De todas maneras la discreción era aconsejable, ya que la gente no estaba acostumbrada a ver semejantes pescados, y las envidias se generan rápido...
Tras dos días de pesca en esas condiciones duras de poca visibilidad y de fuerte corriente, nos dirigimos a otro lugar a ver si encontrábamos aguas menos agresivas. Las condiciones aquí fueron un poco mejores, pero siguieron exigiendo un alto nivel de forma si querías hacer buenas capturas.
Carlos nos llevó a sus marcas y la pesca comenzó. El fondo estaba a unos 25m y en los primeros tiros el pescado estaba todavía tranquilo. Tras los primeros disparos el pescado desapareció y cada captura te la tenías que currar. Yo llevaba el tornado que me había dejado Rascacio para este viaje (Gracias Rasca) y le disparé a un buen pargo en una espera. El bicho arrancó con una fuerza de siete titanes con tan mala suerte que el carrete se enredó. En ese momento los cojones se me pusieron de corbata. Yo estaba a 26metros, con corriente, después de una larga espera, con un bicho todo cachas de 16kg pinchado y tirando para abajo, vamos la situación ideal para palmarla. Así que sintiéndolo mucho por el flamate Tornado, lo solté y subí a dar una bocanada de vida. Ya di el fusil y el pargo por perdido y estaba pensando a ver que coño le iba a contar a Rasca, pero tras numerosas bajadas para localizar el fusil, lo vi al final de una planeada. Cuando digo planeada, digo a 1 metro del fondo, porque había 2 putos metros de visibilidad. Aunque vi el fusil en dos o tres bajadas, era dificilísimo volverlo a encontrar en la siguiente bajada, debido a la corriente, a la profundidad y a la visibilidad. Despúes de tropecientas bajadas fui capaz de acercarme al fusil y desenredar el carrete. Y ya subí soltando hilo. Una vez arriba el fusil se hundía en diagonal debido a la corriente y era imposible seguir el cabo hasta el fondo, ya que harías un descenso de más de 40m. Así que pedí un boyarín al barquero y amarré en corto con lo cual ya tenía el cabo tenso y podía bajar en vertical. Le pedí a Vicente su Riffe para rematar al pargo, solté la primera varilla y el barquero recuperó el boyarín con el primer fusil. El día terminó bien, recuperamos el fusil y el pargo, aunque yo acabé fundido. Esa noche dormí como un bendito.
Al día siguiente exploramos otras marcas y sondeamos un poco. Fuimos sacando una pieza aquí y otra allá. Montero se cepilló un bonito wahoo en una planeada a poca profundidad.
Montero con su wahoo.
Fernando con un cubera.
Ese día Fernando vio otra Guasa bastante más grande que la anterior pero que no lo dio tiro. Casi mejor, no veas el trabajo que da filetear una Guasa...
Yo vi otra Guasa el último día que era como un camión cisterna. Estaba haciendo una espera, y al mirar para la derecha la tenía justo enfrente mirándome impasible. Giré el fusil y le apunté a la cruz. Estuve dudando durante dos eternos segundos y al final no disparé. Fue una mezcla de acojono, de respeto, de admiración y de yahemospescadosuficiente. Yo le eché más de doscientos kilos. Un bicharraco que se despidió con un coletazo de su caudal que era como mi mesa de escritorio. Esa imagen la recordaré toda mi vida. Tal vez la vuelva a ver el año que viene y hagamos filetes para todo el pueblo.
Una buena pargada.
Carlos con un par de piezas.
Alguna foto mía de las que más me han gustado. Me da un poco de vergíƒÂ¼enza poner tanta foto mía, pero es que yo me hacía muchas más fotos que el resto. Pescado, sacamos todos más o menos lo mismo. Pero más vale que sobren fotos, que falten.
El segundo gran ojarán del viaje.
Bueno yo creo que ya está bien. Podría contaros muchas cosas más, pero ya será en otro viaje. Y espero que sea con los mismos integrantes.