Pues yo vivía en la playa en Cádiz, y desde que terminaba el cole en junio hasta que empezaba en septiembre pasabamos los tres vecinos, todo el día en la playa. Había una "laja" a unos 50 mts. de la orilla a la que muchos mariscadores ivan andando con marea baja. Un día cojimos unas gafas y nos fuimos allí. Al día siguiente le sacamos las varillas a una sombrilla, las afilamos y le hicimos varias muescas cerca de la punta para que el pescado no se saliera y así cada día a la laja. Cuando pude me compre un nemrod de gomas con varilla supergorda que parecía de juguete. Tardamos mucho en coger algo hasta que aprendimos a cojer rascacios. Después llegaron los sargos. Para ir a pescar a Bolonia, que hace 23 años os aseguro que el agua allí estaba helada, tenía que engañar a mis padres que jamás me dejaron pescar, y aguantábamos 20 o 25 minutos maximo en el agua.
Tras la adolescencia, mis compañeros de pesca fueron dejándolo por otras adicciones y como consecuencia yo también. Uno pesa 140 Kg y aunque le gustaría pescar ya no se encuentra capaz, y el otro se fuma dos paquetes. Supongo que al ser autodidactas nunca apredimos mucho sobre esto y por tanto no les engancho lo suficiente.
Hace 4 años estuve ingresado muy grave a punto de palmarla y en la recuperación decidí volver a hacer aquello que más me había gustado en la vida. Por tanto ahora soy como un principiante que llevo pocos años en esto y que todo lo que sé, lo he aprendido en estos foros y en los videos de Dapiran, que por cierto es muchísimo más que todo lo que aprendí en aquellos 13 o 14 años de mi juventud pescando.
Pienso que prefiero morir en el agua que en la cama de un hospital, y creo que de hecho así será pues la pesca submarina es una auténtica droga, y yo seré adicto hasta que las fuerzas no me acompañen, espero que con 80 años.