Los pesqueros gallegos podrán usar betas de hasta 5 metros de altura
La volanta tacha la medida de desleal con las flotas obligadas a realizar el paro biológico de la merluza
La Xunta ultima un plan experimental para ampliar las redes que emplean cerca de 950 barcos de bajura
Autor: Gabriel Lemos Fecha de publicación: 28/8/2009
Son las hermanas pequeñas de las volantas, pero mucho más extendidas por el litoral gallego. Al igual que estas, las betas son unas redes que se calan en el fondo marino gracias a unos plomos atados en sus extremos inferiores y que se mantienen izadas con boyas en su parte alta. La única diferencia notable entre ellas es lo tupido de la red y el alto (de unos 10 metros en la volanta frente a los 3 de las betas).
Es precisamente la cuestión de la talla la que ha suscitado la polémica en torno a este arte de pesca durante los últimos cuatro años. La reducción de la altura legal de las betas levantó en armas a los pósitos gallegos, que aglutinan a cerca de 950 barcos de bajura que tienen en esta una de sus principales artes de pesca. í‚«Agora nos permiten unha altura efectiva no mar de 3 metros e con iso non podes pescar. Unha volanta ten 10 metros de alturaí‚», señala José Manuel Martínez Escarís, patrón mayor de Fisterra, uno de los puertos gallegos que concentran más barcos con licencia para la beta.
Finalmente, tras una negociación que se inició durante la pasada legislatura y que enfrentó a los armadores de artes menores con la flota de palangre y volanta, la Xunta ha recogido el guante y prepara un plan experimental de pesca con beta que prevé aumentar la altura de estas redes, cuyo tope se fijará en los 5 metros, dos más de los actualmente permitidos. Este plan, actualmente en fase de consultas, regirá solo en aguas de la comunidad y ha suscitado ya el aplauso de los pósitos, que justifican el carácter experimental í‚«porque cambiar o decreto regulador suporía unha demora duns dous anosí‚», señala José Manuel Martínez, quien cree que el plan se aplicará tras el verano, ya que cuenta con el plácet de la Federación de Confrarías.
Desde la Consellería do Mar, sin embargo, prefieren ser cautos, y aseguran que la aplicación del plan experimental aún no está cerrada. Sobre los objetivos que persiguen, aseguran que se busca comprobar si la pesca í‚«segue sendo selectiva coa ampliación das redesí‚». Con todo, el plan ha suscitado el rápido rechazo del sector volantero y palangrero, dos flotas obligadas a cumplir los tres meses de paro biológico decretados por el Ministerio de Medio Marino para la flota merlucera, del que están exentos los barcos de bajura, como los que emplean las betas.
Plan de recuperación
En este sentido, el presidente de la Asociación de Armadores de Artes Fijas del Cantábrico, Víctor Javier Lanza, ha remitido un escrito al director xeral de Recursos, Pablo Fernández, en el que muestra su desacuerdo con la intención de la Xunta de aprobar este plan especialmente porque pondría en el mercado más merluza en un momento en el que la cotización de este producto no atraviesa su mejor momento, dado el exceso de oferta.
Asimismo, los armadores de artes fijas entienden que la medida daría cobertura legal a una competencia desleal frente a la flota volantera y palangrera, que cumplen un plan de recuperación de la merluza í‚«cuyo objetivo irrenunciable es la reducción del esfuerzo pesqueroí‚».
Sin embargo, desde los pósitos insisten en la diferencia de peso de ambas flotas -34 volanteros frente a los cerca de 950 barcos que usan betas- y defienden que, con la regulación actual, el arte de la beta es económicamente inviable. Las cofradías también refutan el argumento de que un aumento de las mallas haría las capturas más indiscriminadas respecto a la talla. í‚«A norma marca redes de 80 milímetros e a flota de Fisterra xa anda dende hai tempo con mallas de 85 ou 87, moito máis selectivasí‚», zanja Martínez.
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¿Quien defiende a las merluzas?
Admiten que hay exceso de oferta y bajos precios pero se permite aumentar la capacidad de captura.
No hace falta ser un experto en la materia para intuir que un aumento del 66% en la altura de la red lleva aparejado un aumento de las capturas "importante". Y que son 925 barcos frente a 34 que usan la red de 10 metros. La presión total sobre la especie, de la que hay exceso de oferta, aumenta pongamos un 66%, eso disminuye los precios aún más, y entonces ¿qué hacemos? ¿pasarnos a la red de 10 metros todos?
Menos mal que no pescamos merluzas
