España reclama en la ONU la ampliación para aprovechar hidratos de gas y fosforitas í‚·í‚· Más jurisdicción para la investigación
Fondos submarinos gallegos como los de esta imagen no sólo albergan un ecosistema excepcional: también codiciados minerales
FOTO: oceana
Cuando se agoten las minas y se pregone el fin del mundo energético, siempre nos quedará el mar. El territorio acuático alberga auténticos yacimientos por explorar, como los señalados en Galicia por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME). Y una delegación española acaba de solicitar a la ONU la ampliación de la soberanía sobre los fondos marinos celtas. Si se acepta la propuesta, la plataforma continental gallega se incrementaría en 79.000 kilómetros cuadrados. Y aumentaría la jurisdicción española sobre la investigación en recursos como "el petróleo, gas natural y los gases hidratados, con las obligaciones de conservación ambiental".
Junto con los 71.000 ya aprobados con anterioridad, ganaríamos 150.000 kilómetros de superficie submarina: cuatro veces la extensión de la Galicia emergida. Según el IME, "ese incremento de los fondos equivaldría a 16 provincias gallegas, con su soberanía conseguiríamos la preservación de sus recursos minerales y energéticos". Ahora la Comisión de Límites de la Plataforma Continental tendrá que confirmar la petición formal, alzada en Nueva York. Coordinador científico para la extensión de la Plataforma Continental Española, Luis Somoza justifica ese espacio marítimo más allá de las actuales 200 millas de la Zona Económica Exclusiva.
Investigaciones hasta profundidades gallegas de 5.300 metros demuestran la existencia de sorpresas energéticas como un cráter de más de cinco kilómetros de abertura y dos de profundidad: bautizado como el Gran Burato. "Se baraja la erupción de gas congelado contenido bajo el subsuelo marino como hipótesis para su formación", indica el equipo de Somoza. En la existencia de esos cráteres a partir de gas natural se basa uno de los campos de investigación. Aunque también se han descubierto "nódulos, costras polimetálicas y costras fosforíticas de potencial interés económico".
La ampliación de la soberanía submarina aprovecharía esa riqueza en hidratos de gas y fosforitas. Los fondos gallegos albergan preciadas rarezas de alto valor añadido como hierro, cobalto, níquel o manganeso. Su explotación conllevaría el pago de una tasa a la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos de la ONU, a partir de los cinco años de explotación. Si la deseada ampliación se ejecuta y a los humanos les salen branquias, podríamos ir caminando por los fondos marinos desde Galicia hasta las 200 millas de Irlanda "sin salir de la soberanía española". Todo un hermanamiento celta al estilo Julio Verne.
