Hola.
El Domingo pasado conseguí por fin convencer a Izand para irnos a pescar. El no suele tener muchas ganas últimamente ya que se tira toda la semana en remojo o al sol, dada su ocupación ( biólogo marino ).
A las 8 de la mañana ya estamos con la barca enganchada y listos para coger la carretera.
Lógicamente hasta las 9.30 no estamos en ajo, y eso en verano no es bueno porque muchas zonas de los acantilados ya están ocupadas por botelleros o curricanes que no se como se arriman tanto a la pared...
Me visto y me tiro yo primero. La parte de abajo del acantilado cae a 22 metros y para una primera bajada es un poco heavy, así que me poso en un balcón en 14 metros y disfruto del agua cristal, mirando al frente y abajo. Nada de nada. Solo un sargo bueno que me mira de lejos. Como no veo ni castañuelas, decido que porqué no intentarlo con el sargo. Jugamos un poco al escondite y a los ruiditos y me entra a tiro. Para ser la primera bajada no ha estado mal. Es un sargo cojonudo para el Med., casi 1,5 kgs. Ya no hacemos porraca
La mañana transcurre sin más piezas. Andrés cree haber visto un par de corvas grandes que no le dieron opción en sus acechos y yo veo en un par de esperas la misma dorada enorme que le ha dado por ahogarme, la cabrona. Mis esperas estaban siendo muy buenas pero me ignoraba
Después de comer y beber algo decidimos hacer un último intento en una parte del acantilado, hacia la punta, que no habíamos tocado. Yo en el agua y Andrés de barquero.
Cambio el fusil porque había visto algunas corvas y era posible que hubiese alguna de buen tamaño y no quería reventar la varilla con las piedras, ya que llevaba el dentón 106.
Con un Marc Valentin 110 sigo pescando.
Ya ahora viene lo bueno ( o lo malo ).
Estando ventilando tranquilamente a unos 25 metros de distancia de la pared atisbo algo con el rabillo del ojo. Miro a mi izquierda y me pasa a 1 metro de mí algo que no había visto aún en mi p*** vida de pescador:
una Llampuga bastante más grande que mi fusil me está rebasando tranquilamente. No sé cuánto pesaría, pero no creo que menos de 7 u 8 kgs
. Es lo más bonito que he visto bajo el agua jamás. Es de color azul eléctrico y la aleta superior y la cola de un amarillo-verde casi fluorescente increíble. Rápidamente reacciono, giro el fusil y disparo.No he apuntado a ningún sitio vital, solo quería darle de pleno en zona dura, temía que si me ponía a apuntar pudiese escapar de un coletazo. Está sólo a un par de metros de la punta del fusil pero no la he pasado al hilo.
Solo veo asomar un palmo de varilla por mi lado y pienso " perfecto, ahora un coletazo y se pone en el hilo y comienza el rodeo ... "
Pues no.
Lo que ocurrió fue que la llampuga, al sentir el acero, hizo un escorzo y yo vi caer por cada lado del pez un trozo de varilla hacia el fondo. Se partió por el rebaje de carga del obús.
Eso si, el pescao siguió su marcha como si nada
Con cara de gilipollas y pocas ganas de seguir pescando, al poco nos fuimos hacia el puerto ...