Buenas a todos. Como ya sabeis soy uno de los habituales en esta web y, hace ya mucho tiempo, era no habitual pero sí frecuente que postease en esta sección. Una ruptura y cambio de estado civil (resuelto para bien), un temporal que ha hecho acto de presencia durante medio año, un estado económico no muy propicio y una lesión de hombro (que sigue dando por culo) me han mantenido alejado del agua durante MUUUUUUUCHO tiempo. Mucho tiempo. Por eso sonrio cuando leo que alguien dice que tiene el mono o el gorila porque lleva un mes sin meterse en el agua.....un mes. Descontando una salida con Víctor en la que acabé tosiendo sangre (poco fructífera como cabe imaginar) y otra que realicé con Gustavo (muraena) hace ya tiempo, llevo mas de un año sin pescar. Repito: mas de un año. Bastante mas.
El comienzo de este periodo fué cuando me trasladé a Almuñecar a vivir; un lugar con mar, donde conocí a Farlopo (con quien realicé una serie de salidas interesantes), donde por primera vez superé la barrera de los 20 metros, donde me acostumbré a salir sin ver pescado y dónde (el primer día, antes de acostarme) escribí esto que me gustaría compartir con vosotros.
El hombre en la playa:
Un hombre corre por la playa.
No es una noche melancólica, ni hay una gran Luna, ni siquiera es una playa bonita, pero el hombre corre.
El Mar asiste silencioso a la carrera del hombre. LO contempla, lo observa receloso y se pregunta quién es este extraño que corre por los límites de sus dominios; por quíƒÂ¨ motivo parece estar enajenadamente contento si está claramente cansado. Por qué está allí. El hombre, ajeno a estas preguntas, simplemente corre.
Se ha parado. El hombre que corre sin motivo se ha parado. Ahora ha adoptado una extraña postura acuclillado. Está mirando el reflejo de las escasas luces en el Mar. Tiene los ojos cerrados y olfatea el aire en busca de unos olores familiares que le permitan encontrarse a sí mismo en esté, su nuevo hogar. Olores que no aparecen. Distingue los olores propios de las ciudades: coches, personas y humos. Encuentra el olor de la arena mojada: el mismo í¢â‚¬â€œcasi-que en todas las playas que conoce. Su propio olor: a sudor tras un largo dia. Lo que no logra reconocer es el olor del mar en que se ha criado. Aquí es distinto. Es salado, si. Yodado, si. Pero no es un mar salvaje como el suyo. Este presenta un olor mas viejo y mas manso. Un olor sosegado que no proviene de algas ni mejillones arrancados con la fuerza del temporal. Un olor que evoca batallas milenarias libradas a lo largo y ancho de toda su extensión. Un olor a animal terrible, amansado por la edad, pero todavía capaz. Un olor que, en lo básico, recuerda al mar en que se ha educado, pero que dista mucho de ser el mismo. Un olor distinto.
Ahora el hombre está nadando. El agua está virtualmente negra. No hay luz y tampoco está clara, pero el hombre nada. No nada paralelo a la costa, sino que nada en perpendicular, alejándose de la playa y de la seguridad de la arena. No parece lo mas apropiado, pero el hombre sabe qué es lo que busca y nada sin titubeos.
Se ha parado y mira hacia abajo sin lograr ver nada. Respira profundamente varias veces. Su respiración es prácticamente el único sonido que se percibe. Ahora se zambulle. Se zambulle y bucea hacia abajo. Está relajado. Sabe lo que busca. Llega al fondo; lo reconoce tocándolo, pues no ve nada. Busca algo concreto: una piedra grande. La encuentra. Se agarra a ella con las rodillas y se yergue. Separa los brazos y se queda así. No hay nada salvo la oscuridad, el frio calmo del agua y el hombre que, con los brazos en cruz y los ojos cerrados permanece aferrado al fondo.
Lleva dos meses sin sentir esto. Lleva dos meses en que no siente el agua salada alrededor de sí mismo. Dos meses en los que no siente la libertad de moverse como quiera. Dos meses en los que su energía se ha ido apagando lentamente, en los que su salud ha empeorado. Dos meses sin Mar.
Ahora se reencuentra con el Mar. Es lo que hace mientras se deja acariciar por el agua fría; sin ver ni oír nada. Sube a la superficie.
El hombre ahora grita. En la superficie, sin motivo alguno, sin ver nada salvo las luces de la orilla. El hombre grita.
El Mar y la Luna miran a este hombre y piensan en el por qué.
Le miran y entienden su sensación; entienden por qué el hombre grita hasta desgarrarse la garganta.
La Luna y el Mar miran al hombre que grita y asienten. Conocen ya al hombre. Conocen ya sus motivos. Ambos saben ya por qué grita el hombre. Y por eso miran, asienten y guardan silencio. El Mar y la Luna guardan silencio. El hombre ahora se rie.
Mañana el hombre traerá un fusil.Bueno, pues tras todo este periodo me propuse volver. Lo primero renovar las licencias. 80 í¢â€šÂ¬ que no invertiré ya en la industria cervecera. Joder
Lo siguiente buscar un compañero.
Gustavo: parece que podrá.
Cutre: borracho. Joder
Skualo: borracho y en Galicia. Joder
Lo siguiente cuadrar un día. A mi me gusta los Sabados y saliendo de casa a las 05:00 de la mañana. Quedamos el Domingo a las 08:00. Joder.
Nada mas encontrarnos Gustavo decide que es oportuno y recomendable poner el capazo de material en una mierda de perro, restregarse dicha mierda por la mano y , como colofón a una maniobra llena de astucia, meter el capazo con mierda en el maletero de mi pobre furgoneta.
El sol ya está alto y, en vez de en el agua, estamos limpiado mierdecita de perro. Joder
Salimos y nos vamos poniendo al día de todo mientras disfrutamos del paisaje: un camaleón cruzando por medio de la carretera que se libra gracias a mis reflejos, innumerables aves de presa que surcan el cielo buscando qué llevarse a la boca. Arboles doblándose por la mitad a causa del aire....¿?¿?¿? ¿Tanto Levante hace?. Pues sí, parece que al menos la playa no estará atestada de Domingueros.
Llegada a Bolonia. El agua se ve clara y calmada salvo por el movimiento de superficie causado por el aire...
Tengo una presión en el estómago que ahora atribuyo a los nervios. Todo parece indicar que la cosa va a estar bien: no hay gente, no hay coches, no has mas pescadores. Solo el eterno Levante, la playa y nosotros. Hora de ponerse el traje.
Me adelanto un poco a Gustavo y empiezo a meterme entes que él. Imaginad la sensación. Mas de un año sin meterme aquí. Busco en mí las sensaciones que creo recoirdar que eran las propias de este momento, pero no las recuerdo; ya no las tengo en mi. Solo noto que el traje me molesta, que el aire me tira de la boya lo indecible, que el fusil me pesa horrores y que mi apnea se ha vuelto de risa. Por si fuera poco llevo el equipo preparado como cuando estaba en forma, con muy pocos kilos de lastre y no hay forma de hundirme salvo que baje metros. Metros que NO PUEDO bajar.Joder.
Para colmo hay muy poca corriente y no se ve nada de vida. Algún dentoncito, parguito y breca de no mas de 300 grs, pero nada mas. Llevo la camara, pero no puedo grabar nada porque necesito la mano para agarrarme al fondo sin que me arrastre la puñetera corriente y para no salir a flote como un barril vacío. Un agobio total. Joder.
A la hora prevista cambia la corriente. Eso aquí significa que he de salir del agua, cargar todo el equipo y andar los 2 kms que hay hasta el otro punto de entrada. Lo bueno es que, habiendo salido de casa a las 08:30, habiendo estado un rato en el agua en la que no me metía hace muuuucho, habiendo luchado por hacer apneas medio decentes, etc, ahora me toca andar los dos dichosos kms con el traje puesto, con un solano de 35.- y con un Levante en contra que literalmente no me deja andar y los escarpines rotos . Decía en un libro Horacio Quiroga (creo que era él) que no hay sensación como masticar arena cuando se siente rabia. Probadlo.(joder)
Llego al sitio. Un montón de perroflautas disfrutan de su domingo y miran con curiosidad al tio raro, con traje de camuflaje y cara de deshidratado que acaba de llegar. Antes de meterme estiro la pernera del pantalón para dejar salir el sudor de dentro. Debe ser cerca de un litro y sé perfectamente que eso van a suponer calambres que me van a atormentar lo que me queda de día. Joooooder.
Una vez en el agua me arrepiento por no haber escogido el equipo con mas cabeza. Está muy movida porque ahora el Levante y la marea la mueven en la misma dirección. A poquísima agua se ve mucho pescado. No son piezas memorables, pero si como para hacer que el día de hoy mereciese la pena.
No puedo sumergirme por llevar poco lastre, cuando me sumerjo es a costa de un esfuerzo ímprobo. Las pocas veces que logro encajonarme en el fondo no me queda apnea, no puedo mover el Cayman Hf de 110 (mal escogido), me duele el cuello horrores y no puedo colocarme bien porque la corriente me levanta las aletas sin que pueda hacer nada. El hombro me suena como las maracas de Antonio Machín y la boya, arrastrada por el aire se sitúa SIEMPRE en los sitios a los que estoy apuntando, con la cuerdecita colgando y reduciendo a cero las opciones de poder pescar algo. No estoy a mas de 4 Mts. JOOODER
Busco algo mas de profundidad y sigo viendo pescado sin tener ninguna opción. Un par de destellos plateados a mi derecha es todo lo que veo, pero no puedo. Joder.
Llegando a la piedra del Barco de Jabón hago un par de intentos que entre la corriente, el aire (tirando de la dichosa boya) y mi falta de apnea se encargan de tirar al traste. Joder.
Un último intento antes de que la corriente me aleje de aquí. Me encaro a la piedra y trato de ventilar luchando contra la corriente (cosa que de antemano sé que no voy a conseguir), bajo sin pararme en discrecciones ni finuras, intentando que no me estallen los pulmones remonto por el fondo los 15 mts que me separan de la piedra y me agarro a ella para evitar salir a flote (la falta de lastre). Mas arriba hay una hendidura que da al otro lado, dónde están comiendo los peces.En cuanto me asomo la corriente me separa la capucha de la cabeza y me lanza hacia atrás, el Cayman no sé no a dónde coño estará apuntando ahora. Alcanzo a ver una vieja de buen tamaño al otro lado, pero estoy agarrado con la yema de dos dedos y, en cuanto me suelte, no voy a tener fuerza para no separarme y seré disparado hacia atrás .
Le pido al hombro que aguante un poco mas. Aguanta.
Le pido a mis maltrechos pulmones un segundo mas. Me lo conceden.
Le pido al brazo derecho que coloque el fusil. Lo hace.
Disparo con las gomas nuevas (G-20) y un rayo dorado atraviesa a la vieja justo en el lugar al que había apuntado, dejando una nube de grandes escamas rojas. Suelto el carrete por si la varilla se enroca y me dejo arrancar de la piedra por la corriente mientras veo a la vieja (en la cuerda) alejarse junto con todo lo demás.
Respiro y trato de ordenarlo todo intentando que el pez no sufra demasiado. Lo remato y lo paso al portapeces hecho con un boli Bic Cristal. Fataría que se rompiese para acabar de darme el día. Solo llevo 5 horas en el agua y me quiero salir ya. Para colmo, ahora que me favorecería la corriente ha cesado. La boya sigue haciendo de vela y me arrastra, pero sin corriente, el poco pescado que ha habido hoy ha desaparecido. Un último intento. Unas bajadas mas. Voy ganando profundidad y confianza. Alguna apnea de 1:20 y 12 mts. Es todo lo que conseguiré hoy.
En una de las bajadas veo una pequeña hurta de ración. la ignoro porque sé que no se va a ir; se quedará curioseando al lado mio. Me escondo y espero...espero...nada. Decido subir, pero antes....¿onde coño sí‚´a metío la hurta?. Al límite de visibilidad la veo nadar tranquila. Con las gomas anteriores me hubiese olvidado de ella, pero con estas creo haber ganado alcance. Algo menos de un kilo de hurta para arriba conmigo.
Coloco todo en la boya, descargo el fusil, me quito las gafas y el tubo, que ya me están haciendo daño y vuelvo al lugar de salida usando una de las aletas como vela.Gustavo, ha logrado sacar un ballesta hermoso y un buen salmonete (que se le cayó del pasapeces, je, je, je) Despues de todo no es una mala vuelta al ruedo.
Pero, despues de tanto tiempo, evidentemente no me conformo con 6 horas de agua . Qué coño me voy a conformar.
Repostaje rápido y ,vestidos con los trajes, nos dirigimos a otro lado. No estamos en condiciones de meternos en el Faro,así que nos vamos al Búnker de Zahara que, siendo domingo, habiendo levante y siendo la hora que es, estará como cabe esperar: hecho un puto circo.
Una preciosa serpiente se cruza en nuestro camino y , al salvarse (por mi pericia, ya se sabe) me augura un buen final de jornada.
La playa del Bunker está, no como un circo, sino como tres circos de gente juntos. Son las 19:30 y está aquí todo el mundo. La zona de pesca está atiborrada de trajecitos Tribord y gafas y tubitos de colores. Sonrío porque sé quien va a ser el único que va a pescar algo aquí. Es la hora adecuada, son las condiciones adecuadas y el día, que empezó siendo una mierda de día, es el día adecuado. Mi día, que coño.
Gustavo por un lado y yo por otro en esta parcelita de apenas 300 mts cuadrados. En casi nada de tiempo un sargo hermosote pasa a la cuerda del pasapeces Bic.
Salgo mas hacia fuera y localizo una gran piedra en la que sé que hay peces. Me acerco por abajo y emergo pegado a ella. Una lubina se acerca a curiosear a donde estoy y no me queda mas que darle un tiro que me deja a mi estupefacto. Me sorprende cómo queda el fusil con estas gomas.Lo recomiendo a cualquiera.
El cansancio, el escaso oleaje que hay y la luz, que empieza a faltar, me hacer gastar casi 10 minutos en recargar el fusil. Me queda el tiempo justo para un par de intentos.
Esta piedra en la que estoy es alargada y en el centro tiene una grieta que llega al suelo, con fondo de arena.
Me preparo y bajo, me deslizo por el fondo de la grieta y me pogo de rodillas apuntando hacia afuera.
Salpas....salpas gordas....sarguitos.... sargotes....una lubina van apareciendo delante mío. Ningún bicho interesante.
Me queda poco, pero ESTA ES LA BAJADA DE MI PRIMER DÍA. Algo me tapa la luz durante un segundo. Me obligo a contar hasta dos segundos eternos antes de mover la cabeza y el fusil hacia arriba. Muy despacio.
Ahí está.
No me ha visto y nada por encima de dónde estoy de atrás a delante. No me va a dar tiempo a encarar el arma. Sigue nadando cerca del límite de alcance.No hagas nada brusco. Se sale del alcance. La he perdido. Ni me queda apnea ni la tengo a tiro. Subo y me voy.
¿Y si?....
Cuando ya está desapareciendo de mi ángulo, disparo.
He fallado. Da un coletazo y sale para siempre de mi campo de visión mientras veo la varilla caer inerte al otro lado. Bueno, tampoco ha sido un mal día. Aunque me hubiese gustado que....
La varilla deja de caer y empieza a subir....
El carrete empieza a hacer un ruido al que no estoy acostumbrado (RRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR) , ¡¡¡y eso que está apretado!!!.
Subo de un salto impulsándome en el suelo y olvidándome que estoy en una grieta, me golpeo la cabeza casi quitándome las gafas, me golpeo el hombro lesionado que me da un latigazo de dolor. Mientras aspiro aire y agua a partes iguales me doy cuenta de que Gustavo está a la diatancia justa para no oirme y de que sin apenas darme cuenta ya tengo el cuchillo en la mano y las pulsaciones a mas de mil. ¡¡¡BUSCALA!!
Sigo la cuerda que se ha frenado al fin. Se ha puesto a dar vueltas a la piedra y creo que la he he perdido porque no noto tensión....Un brillo plateado bajo una cornisa. Sin cojer aire bajo cuchillo en mano al acercarme constato que el tiro es bastante bueno (coño con las g-20), pero se me escapa. Una bajada mas y puedo finalmente acortar su sufrimiento. La jornada ha concluido.
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He vuelto a la pesca submarina.
Nos vemos en el agua.
P.D: dedicado todo a todos los que me han enseñado algo de este mundillo, a los "Titos" veteranos de esta web,a los novatos que no lo son mas que yo a los borrachos de siempre y, sobre todo, a Gustavo y a mi chochona Nina, que me aguantan tela.
