por si os ayuda en algo tengo esta info que saque del hospital, esta copiada de un Pdf por eso se puede ver así un poco rara
ORDEN HOSPITALARIA DE SAN JUAN DE DIOS
AREA Míƒâ€°DICA
OTORRINOLARINGOLOGÍA
Este documento informativo pretende explicar, de forma sencilla, la intervención quirúrgica denominada
CIRUGÍA ENDOSCÓPICA NASOSINUSAL PARA EL TRATAMIENTO DE LA SINUSITIS, así como los
aspectos más importantes del postoperatorio y las complicaciones más frecuentes que de ella se puedan
derivar.
BREVE DESCRIPCIÓN DEL PROCEDIMIENTO QUIRíƒÅ¡RGICO
La cirugía endoscópica nasosinusal es una técnica quirúrgica que tiene como finalidad el tratamiento de
diferentes procesos en las fosas nasales y en los senos paranasales, mediante la utilización de endoscopios,
consiguiendo una excelente iluminación, un mejor control visual y un tratamiento más preciso de las lesiones
nasosinusales.
La intervención se suele realizar bajo anestesia general o, eventualmente, bajo anestesia local con el soporte,
en este último caso, de la sedación y analgesia del paciente; la elección de la técnica anestésica debe ceñirse
a criterios que debe valorar el cirujano, pero que básicamente dependen de la extensión lesional, la magnitud
de la maniobra quirúrgica, y el estado general del paciente.
La intervención quirúrgica se realiza a través de los orificios de las fosas nasales por lo que no suele quedar
ninguna cicatriz externa. En algún tipo de sinusitis puede ser necesario complementar este acceso realizando
una incisión entre el labio y la encía superior o bien con una pequeña incisión por debajo de la ceja.
En el acto quirúrgico se pretende la extirpación de las lesiones y las estructuras afectadas, respetando al
máximo la mucosa que tapiza las cavidades ya mencionadas, e intentando conservar la funcionalidad, tanto
de las fosas nasales como de los senos paranasales.
Tras la intervención, se coloca un taponamiento nasal durante un tiempo variable, que raramente excede las
48 horas. Incluso a través del taponamiento, suele drenar, a través de la nariz, un líquido sanguinolento, que
se considera normal.
En ocasiones, a través del taponamiento nasal, puede aparecer una hemorragia. En raras ocasiones se puede
deslizar el taponamiento, por la parte posterior de la fosa nasal, hacia la cavidad oral, provocando una
sensación de molestia y náuseas, que se solucionan retirándolo y colocando otro, si ello fuera preciso.
Después de la intervención, puede aparecer dolor en la fosa nasal, con irradiación a la región facial y craneal.
También pueden aparecer vómitos sanguinolentos con coágulos que, durante las primeras horas, se
consideran normales. Estos coágulos son la manifestación de la sangre deglutida y no precisan tratamiento.
La sensación de taponamiento puede persistir durante unos días tras la retirada del taponamiento a causa de
la inflamación secundaria a la cirugía.
En el postoperatorio es muy importante la realización de lavados de ambas fosas nasales mediante suero
fisiológico, para la eliminación de costras que pueden dificultar la respiración nasal.
En caso de presentarse hemorragia por la nariz o por la boca, al cabo de unos días de practicada la cirugía, el
paciente deberá acudir al hospital para una nueva valoración y tratamiento.
En caso de NO EFECTUARSE ESTA INTERVENCIÓN cuando está indicada, persistirán los síntomas de la
enfermedad nasosinusal y la posibilidad de complicaciones, como meningitis, abscesos cerebrales, o
infecciones del hueso (osteomielitis) por extensión del proceso infeccioso hacia las estructuras vecinas.
BENEFICIOS ESPERABLES: Mejoría de los síntomas producidos por la enfermedad de los senos, como
la obstrucción nasal, la disminución de la capacidad olfativa del paciente, la mucosidad, el dolor, la sensación
de peso craneofacial, la sensación de sequedad faríngea, etc.
Hospital
La cirugía endoscópica tiene como objetivo la extirpación de las lesiones de los senos y la normalización del
drenaje de los mencionados senos hacia la fosa nasal, mejorando el funcionamiento de éstos.
A pesar de ello, pueden persistir, tras la intervención, síntomas como un cierto grado de mucosidad,
estornudos, etc. Por otra parte, existe la posibilidad de una nueva infección, que puede requerir diferentes
tratamientos complementarios.
PROCEDIMIENTOS ALTERNATIVOS:
No se conocen otros métodos de eficacia demostrada, cuando el tratamiento médico ya no es efectivo.
RIESGOS ESPECíƒÂFICOS MíƒÂS FRECUENTES DE ESTE PROCEDIMIENTO:
En ocasiones, como ya hemos señalado, incluso a través del taponamiento nasal, puede aparecer una
hemorragia nasal.
En ese caso, deberá efectuarse una revisión de la cavidad quirúrgica para localizar y controlar el punto
sangrante, colocando un nuevo taponamiento si fuera preciso. Todo ello podría exigir una nueva anestesia
general e, incluso, si la hemorragia ha sido importante, puede ser necesaria una transfusión sanguínea.
Excepcionalmente, puede producirse una hemorragia por afectación de algún vaso que drena la sangre hacia
el interior de la órbita del ojo. Ello produciría un aumento de la presión en el interior de aquella y la aparición
de graves consecuencias para el propio ojo, por lo que, dicha complicación, requiere una intervención
quirúrgica urgente para descomprimir el ojo y evitar la ceguera. Esta maniobra quirúrgica se puede realizar a
través de la nariz pero, en algunas ocasiones, debe realizarse a través de una incisión realizada en la piel del
ángulo interno del ojo.
En ocasiones, en el curso de la intervención quirúrgica, puede afectarse la musculatura ocular, y producir una
sensación de visión doble, temporal o permanente.
Por otra parte, si se lesiona el nervio óptico, puede aparecer ceguera en el ojo afectado que se manifestaría
ya en el postoperatorio inmediato.
Si durante la intervención es necesario penetrar en la órbita, pueden producirse infecciones del contenido
orbitario que deberán ser tratadas con antibióticos.
Pueden aparecer fístulas o fugas del líquido que circunda al cerebro dentro de la cavidad craneal (líquido
cefalorraquídeo) hacia el interior de la fosa nasal; ello se debe a la presencia de una comunicación entre la
cavidad craneal y la fosa nasal creada por el mismo tumor o producida durante su extirpación. Su reparación
es quirúrgica y se realiza preferentemente desde el interior de la fosa nasal bajo control endoscópico. El
material que se utiliza para cerrarla puede obtenerse de diversas partes del cuerpo, como por ejemplo el
cartílago del tabique, el cartílago del pabellón auricular, grasa abdominal, etc.
También puede producirse la infección de la cavidad quirúrgica y de los senos paranasales, y podría, incluso,
extenderse a la cavidad craneal u orbitaria. Habitualmente, estas infecciones evolucionan bien mediante la
administración de un antibiótico, pero en el caso de que se produzca un absceso, se realizará un drenaje
quirúrgico.
En la fosa nasal pueden aparecer perforaciones del tabique, sinequias í¢â‚¬â€œes decir, cicatrices anómalas entre las
paredes de las fosas nasalesí¢â‚¬â€œ, pérdida parcial o total del olfato, sensación de sequedad, formación de costras
y mucosidades espesas, que precisarán de lavados nasales y curas tópicas.
No hay que ignorar, además de todo ello, las complicaciones propias de toda intervención quirúrgica, y las
relacionadas con la anestesia general: a pesar de que se le ha realizado un completo estudio preoperatorio, y
de que todas las maniobras quirúrgicas y anestésicas se realizan con el máximo cuidado, se ha descrito un
caso de muerte por cada 15.000 intervenciones quirúrgicas realizadas bajo anestesia general, como
consecuencia de la misma. En general, este riesgo anestésico aumenta en relación con la edad, con la
existencia de otras enfermedades, y con la gravedad de las mismas.