Es largo, aviso...
Pues el viernes en la tarde suena mi teléfono y me llama Naranjo para invitarme a pescar. Tenía ganas de salir, pero por motivos de trabajo no había podido llamar a nadie y no tenía plan. Me dice í¢â‚¬Å“vámonos en mi balsita a unos puntos nuevos que tengo. Ya tengo todo listoí¢â‚¬Â.
Con Naranjo siempre la paso bien. Es un buen tipo, un poco alocado, pero excelente persona
. Las veces que hemos salido vamos hablando paja todo el camino tanto de ida como de regreso y mientras estamos en el mar, sobran las risas. Lo de salir en la balsita es algo que no me divierte mucho, porque a mis años, viajes largos dando cantazos sentado en el balón, no son lo mejor para mi espalda. Sin embargo, como los sitios a los que íbamos eran cerca de la costa, decido ir.
El primer pesquero que visitamos tiene unas caídas bellísimas, pero el agua está turbia y no deja ver el fondo. Hacemos varias bajadas y lo único que sale de ahí es un mero cabrilla muy bonito que mata Naranjo
. A pesar de mi inactividad me siento bien en el agua. Eso es bueno.
Decidimos movernos. Tenemos otras 4 marcas en el GPS, de las cuales una se llama í¢â‚¬Å“Caídaí¢â‚¬Â. Tiramos el ancla y Naranjo me dice que me tire primero. Me comenta que es un veril que cae de 10 metros hasta unos 30 o más, donde está la arena. La última vez que vino hace un par de semanas vio las cuberas, me dice, pero los grandes estaban muy hondos, en la arena.
Me tiro al agua, me preparo bien, porque a estos peces a veces hay que hacerles buenas esperas para ponerlos a tiro y bajo. El agua está limpia los 5 primeros metros, pero no se ve el fondo. Hay una capa de suspensión que llega hasta abajo, seguramente causada por las recientes tormentas y marejadas. Ya llevo bajados 15 metros y no veo el fondo
. í¢â‚¬Å“Naranjo no baja tantoí¢â‚¬Â, pienso. Pero me dejo caer. Cuando voy por 20 metros veo una cola grande ondulándose lentamente. Abro bien los ojos y la distingo en la penumbra. Es un pargo y es muy grande. Corrijo mi dirección y aprovechando que ya estoy bien negativo, me dejo caer inmóvil. Cada vez lo veo más cerca pero estos animales son duros con cojones, hay que tirarles casi que a quemarropa. QUE GRANDE ES COíƒâ€˜O!
Tiene hasta dos rémoras pegadas al cuerpo!
Veo que me ve, pero no explota. Hay que disparar y pronto. Apunto a la zona del cuerpo, que es blanda, pero si lo pasas, no desgarra por lo duro de la piel y las escamas y dejo que mi Rob Allen 130 haga el resto! Tiro un poco más bajo de lo que hubiera querido, pero veo la punta salir al otro lado.
Cuando miro hacia arriba me doy cuenta que estoy algo í¢â‚¬Å“honditoí¢â‚¬Â. Suelto todo y comienzo a subir viendo como la boya me pasa volando por encima! Naranjo se acaba de tirar al agua y todavía está cargando su fusil. Le grito que necesito que me remate el pescado. Es grande y el tiro no es muy bueno que se diga
. Sin embargo para la carrera y lo comienzo a subir. Le debo haber tocado í¢â‚¬Å“algoí¢â‚¬Â porque no hace demasiada resistencia Además, como no había piedra cerca, no pudo encuevarse, lo que facilitó su recuperación. Cuando ya logramos verlo, Naranjo le baja y le da un tiro certero en la cabeza. El pargo es mío
. En mis manos me doy cuenta de lo grande que es. Es mi récord personal y pesó 24 Kilos. El regalo de cumpleaños de Neptuno.
Sesión de fotos en el bote y pál agua de nuevo!
Siguen los cuberas en la zona, pero resulta jodido caer en el sitio por una corriente que comienza a tornarse fastidiosa y por el agua que está cada vez más turbia en la superficie.
En una bajada los veo y de pronto escucho un shiaftttt! Y veo un lindo cubera de unos 10 kg correr arrastrándose por el fondo con la varilla de Naranjo. Se la logra sacar y se mete en una cueva, pero me asomo y no lo veo. Sin embargo, al levantar la mirada, el hermano menor viene a curiosear al lugar menos indicado y se viene para arriba conmigo! A la bajada siguiente, me viene a ver un tiburón martillo ENORME y decido salirme. Con el agua sucia no es aconsejable pescar al lado de tiburones. Ya tengo la pesca hecha, pero Naranjo no ha sacado casi nada y se le han desgarrado dos pescados buenos. La corriente está como un río ahora, así que decido hacerle de barquero un rato y que se deje llevar con la corriente a ver si logra sacar alguna buena pieza.
Pasamos un rato así, pero no logra ver nada. Entonces me dice í¢â‚¬Å“tengo otro punto muy bueno, pero el agua está siempre sucia y hay tiburonesí¢â‚¬Â. Vamos paí¢â‚¬â„¢llaí¢â‚¬â„¢! le digo.
Se tira él primero y me confirma que no hay mucha visibilidad. Entonces decido tirarme con el T20, que ahora es un 103 (lo tuve que cortar hace un tiempo, pero esa es otra historia) y tiene carrete. Con corriente fuerte es una jodienda estar arrastrando el floatline.
Primera bajada y me cepillo una sama muy bonita. Esto promete. La dejo en el bote y Naranjo me está llamando porque se le encuevó una sama a él, bajo a desenrocarla, pero con el T20 en la mano. Cuando estoy llegando al fondo, me entran dos samas. Lo siento Naranjo, tu varilla se viene en la próxima bajada Le dejo el fusil con la sama a Naranjo y bajo a sacarle la suya. Veo más cuberas. Este sitio está LLENO de pescado. Cada bajada que hacía veía al menos 4 pescados buenos. Cuando tengo en total 4 samas y 3 cuberas, incluyendo al grande, decido que es suficiente y me salgo del agua. Naranjo se queda un rato y saca dos piezas más de calidad, incluyendo una sierra.
La verdad es que hacía tiempo que no veía tanto pescado bueno junto. Un día para no olvidar.
Gracias Neptuno!
El resto de las fotos: