Pues esta ha sido mi última salida del verano por la isla. La de hoy ha sido la tercera salida con Victor y en estas fechas es normal ver poco pescado, pero ha sido un poco desesperante, porque las pocas oportunidades que se han tenido han sido en cotas bastante profundas y no siempre fructíferas. Por segunda vez, no he podido pescar por mocos en la cara, que me provocaba un dolor horrible nada más bajar un poco. He forzado un poquito porque me sabía mal perder mi última pesca. Podía compensar con dificultad y en el esfuerzo se me iba la apnea y la concentración
y al final he decidido salir y quedarme de barquero. En fin, una putada pero es lo que hay. De todos modos lo he pasado bien viendo el pescado que subía a la barca.
El día ha sido duro. El parte meteorológico avisaba de vientos fuertes, pero teníamos un par de horas tranquilas hasta que empezara el tibidabo y muchas ganas de pescar
. Primer destino y, ostia joder, hay una corriente importante y un concierto de medusas con las patas estiradas que han podido catar mi cara
como pican las jodidas. Se ve mucho pescadito nervioso, pero ninguno de los 2 vemos más que cantidad de espetones pequeños. El consigue ver algunos dentones de los gordos, pero no hacen ni caso. Yo me salgo del agua un poco cabreado por la sinusitis de los collones y empieza mi labor de barquero.
Con el mar encrespado empiezan los acechos del compañero y después de tocar varios puntos y no ver una cola, me avisa con la mano para que me acerque. Veo el fuste del fusil asomar por encima del agua. HA PINCHADO ALGO. Parece plateado...intuyo una sirvia y efectivamente es una preciosa lecha de 4 kg. La ha logrado sorprender en plena caza. Mientras bajaba la ha divisado y se ha colocado detrás de unas rocas intuyendo la dirección que emprendía detrás de su comida, esperando el momento. No le ha dado tiempo ni a pestañear, en cuanto a asomado se ha llevado un antenazo quirúrgico. Este tío es fino fino. Me encanta escuchar sus relatos de los acechos.
Sigue la jornada:
- Donde vamos ahora Victor?
- Ya no es hora de buscar los lilas, vamos a ver la zona aquella del primer día donde vimos aquellas lechas (bueno, vio el y yo sin querer asusté bajando de la barca
lo siento tío
)
- Ok, a ver si hay suerte.
Nos acercamos al punto y antes de llegar hay un banco de pescadito saltando en superficie. Algo hay atancandoles desde abajo. Le dejo a unos 20 metros muy despacito para no asustar y me dice que son obladas. Hay algunas lechas comiendo, pero están a lo que están y Victor me dice que es muy difícil acercarse a ellas. En una de estas, una de ellas se le pone a tiro mientras hace una caída y que putada que pensaba que era más pequeña y estaba cerca, cuando resulta que debía ser un buen cacharro y no le llegó el disparo
es que es chungo esto de las distancias con el agua tan sucia jajaja
Al final cambiamos de zona y el viento se ha puesto fuerte de verdad
Prueba suerte con algún mero que tenía visto, pero no ve nada. Ya casi es hora de recoger y le digo:
- Que hacemos?
- No se, no se me ocurre nada (después de quemar los últimos cartuchos y no ver nada...)
- Volvemos al sitio de las lechas? Igual están allí ahora.
- Ok, vamos a ver.
El viento está muy fuerte y hay corriente. Menos mal que no hay movimiento de barcas, aunque viene un velero en nuestra dirección que no debo quitarle el ojo de encima. Veo que hace una bajada, el velero ya está más cerca de lo que me gustaría. Me voy acercando para avisarle que igual hay que apartarse porque viene encarado y con el viento que hay... pero coño
me saca la mano y me dice, espera. Y el fusil asoma a unos metros de el. Me hace señales de que tenga cuidado que tiene el hilo suelto por delante. Doy una vuelta rodeandole y el cabrón con toda la tranquilidad del mundo va subiendo algo que no esperaba...
Un trolebus que ha dado 30 kg en la báscula y que se ha cepillado partiéndole la espina y dejándolo CAO del disparo. Fino fino...
Se lo ha encontrado inmóvil en un fondo considerable mientras otros pescaditos le desparasitaban la boca. Le ha hecho una espera para probar si venía, pero lo que le ha traído hasta el ha sido la corriente muyy despacito. Cuando se ha dado cuenta de lo que le esperaba y se estaba girando para huir se ha llevado un varillazo que le ha pasado todo el cuerpo rompiéndole la espina. Vaya inercia que llevan estas varillas
Desde aquí quiero dale las gracias por la hospitalidad que ha tenido tanto conmigo como con mi novia (que nos hizo de barquera un día) y la amabilidad por sacarme de pesca y cederme su material para poder testarlo in situ.
Me he quedado con las ganas de realizar algún disparo con el fusil aunque fuese a una lisa o un sargo. Pero de 3 salidas solo he podido pescar una y yo, como siempre, ofuscado con los dentones, sirvias o meros, que no me dejaban disparar a otra cosa
He tenido un filing especial con ese fusil. Se mueve de maravilla bajo el agua, pero lo que más me ha gustado de todo ha sido la empuñadura y la posición de las gomas que van casi paralelas a la varilla desde la parte más delantera. La visibilidad era muy buena para apuntar. Pero hasta que no lo pruebe y haya clavado una sirvia de estas no quiero comprarlo, no vaya a ser que todavía me persiga la maldición que me acecha con los cabezales abiertos
Las aletas las he probado con 2 calzantes diferentes. Las que más me han gustado han sido las del calzante más duro (sporasub). Las otras se me hacían demasiado blandas para lo que estaba acostumbrado. Aun así a Victor son las que más le gusta. Debe ser cuestión de acostumbrarse. Pero eran muy cómodas y no me cargaban nada el empeine ni los tobillos.
Pero la estrella, en material, ha sido la barca sin duda jaja. Que sin ella no hubiésemos llegado a puerto con las olas que habían
Gracias Victor, mañana voy a comer con mi niña sashimi de sirvia a tu salud!! a la próxima una de dentón
Un abrazo!!
P.D Quiero agradecer a mi novia la paciencia y todo el apoyo que me ha dado en cada salida. Siempre me respeta mucho la gran pasión que tengo por el mar. Me siento muy afortunado.