íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿Qué más mis panas de íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“pescasub.comíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Â?
Veo que le están sacando provecho a su buena temporada.
Nosotros estuvimos en una isla venezolana bellísima llamada La Blanquilla que queda casi en el centro del Caribe. Fue un viaje en familia organizado por el gran Claudio Fariña, en el que fuimos no tanto a pescar sino en plan de relax y a compartir con nuestros amigos y parejas. Claudio se llevó también a sus dos hijos que, con 17 y 15 años, dan menos trabajo que nuestros críos de pocos años. Fuimos en un barco muy grande que alquilamos para evitarles molestias a las mujeres con el movimiento del mar. De todas formas hubo que tomar dramamine! 12 horas de barco a una velocidad de 12 nudosíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ El mar más bien calmo, por suerte. Salimos desde nuestra ciudad, Cumaná. Pueden ver el itinerario en este mapa de google earth.
Acabo de regresar del viaje y voy a compartir con Uds. algunas de las fotos que hice. El nombre de la isla intenta hacer justicia con las arenas y la belleza del lugar.
Esta es una de las playas de la isla, donde vivía un viejo íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“gringoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ ermitaño que hizo una casa allí y que por ello pasó a ser conocida como Playa El AmericanoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Â.
Es uno de esos lugares donde uno se siente parte del absolutoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ Yo estuve pescando en la mañana, o más bien haciendo las veces de pescar, y pasé por allí a buscar a mi mujer que estaba con el grupo de "no pescadores"íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ cuando vi la belleza del lugar mandé los equipos de pesca de regreso para el barco, me traje la cámara y me quedé toda la tarde con ella allííƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦
Ella es mi mujer con su orgulloso pescasub. Ya que no había agarrado un pescado decente, posé con mi mejor captura.
En el fondo está íƒÂngel con el nylon en la mano para intentar pillar un pescado bueno o al menos interesante para sus investigaciones con anzuelo.
Hay otras tomas de la Playa El Americano. Realmente el lugar deja sin aliento. Estos son los hijos de Claudio con un amigo pescasub griego, Aristidis, viendo qué cosa decente podían pillar por los arrecifes cercanos a la playa.
Esta es una de las paredes de piedra y coral fosilizado que enmarcan a la pequeña ensenada de arena.
En esta foto se ve la casa abandonada del "Americano". Cuando se implantó la marina de guerra en la Isla el señor tuvo que abandonar el lugar, además de que no había comprado a nadie ese terreno...
Nos cruzamos hasta con un tiburón nodriza, que nosotros llamamos "gata", que los muchachos espantaron hacia la playa donde estábamos nosotros para asustar a los incautos y pude hacerle unas fotos.
Estas islas son elevaciones del fondo marino más o menos recientes con el movimeinto de las placas tectónicas... En sus piedras encontramos numerosos corales y conchas fósiles...
Es impresionante ver cómo la vida se aferra a sí misma y lucha contra los elementos
Sobre la pescaíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ no nos fue bien. Esa isla por alguna razón más o menos enigmática las veces que han ido mis compañeros (yo nunca antes había ido) no le han conseguido pescado y esta vez fue la misma suerte. O puede ser que la pesca buena se concentra en unos pocos puntos que nosotros desconocemos. Lo cierto es que revisamos fondos a más de 20 metros sin nada de vida, así como arrecifes costeros sólo con barracudas pequeñas y uno que otro pargo. Cerca de La Blanquilla están otras islas, llamadas los hermanos, que sí tienen mucha pesca pero no quisimos ir para allá porque las condiciones de mar son más fuertes y quienes no pescan no iban a tener otra distracción que estar en el barcoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ El viaje en realidad no era de pesca.
Usé el ASSO mambizado y me fue bien usando el pistón seac. Cayeron unas barracudas pequeñonas, unos parguetes y un buen pámpano africano (eso sí, no como los monstruos que saca Roberto Reyes en Hatteras).
íƒÂngel sacó varios pargos buenos, un mero cabrilla también bueno, además de jureles y barracudas. Claudio apenas pescó. Cuando vio que no había mucha vida se quedó en la orilla con su mujer y amigos y unas buenas botellas de cerveza y whisky. Yo casi ni pesqué también, porque tampoco iba a dejar todo el día en el barco a mi mujer. La pieza record de la campaña fue del hijo mayor de Claudio, David, que además de una buena sarta de parguetes, cunitas y catalanas, pudo pillar un buen loro guacamayo de unos 10 kilos con un tiro mortal.
Estaba usando el Sten 115 de su padre y tuvo la suerte que cuando salía de una cueva que estaba revisando le pasó ese bichote por el lado sin verloíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ Si el tiro no hubiese sido bueno ese animal sin duda le habría dado un trabajón. Este muchacho tiene a quien salir y ojalá nos siga alegrando con buenas capturas. De momento está entrenando poco a poco la profundidad, pero revisar huequitos sí que sabe.
Parte de la pesca que hicimos se ve en esta foto.
Voy a terminar el post con unas fotos de unas gaviotas que llamamos "guanaguanares" (Phaetusa sp.) con las que me distraje mucho. Como nosotros, ellos estaban pasándola bien en un lugar tan bello, formando parte de un absoluto.
Saludos, hermanos y ojalá vengan más viajes como ese, así no pesquemos nada.
Alexis
