Este fin de semana fuimos a pescar algunos chicos del club. En esta ocasión los pescadores éramos, Alex, Celso, Rafa (alias el barbas, alias el buzo), Rubén, Víctor y yo. El domingo se unió al grupo Miguel íƒÂngel y Rafa (alias morlako) se metió solo el domingo en otra zona.
Bueno mi historia comienza como siempre, esperando a Víctor, para poder coger el coche e irnos para Murcia. Rafa, Rubén, Celso y Alex se fueron por la tarde y llegaron allí para cenar. Nosotros salimos de Madrid a las 23:15 y llegamos al hotel a las 2:45 AM.
Como no somos frikis Víctor y yo nos quedamos viendo un documental sobre una charca en íƒÂfrica llena de hipopótamos y cocodrilos en donde los cocodrilos se ponían las botas comiendo todo lo que se acercaba a beber. (Aquí os pongo el enlace para poder verlo).
http://www.megavideo.com/?v=238DLIZRAsí que al final nos dormiríamos a las 4:30 o más.
Habíamos quedado en levantarnos a las 8:30 para ir a desayunar a las 9:00 y de ahí a la zona de pesca.
A las 8:30 sonó el despertador, pero hasta las 8:45 no me levante de la cama, me vestí y a desayunar con todo el mundo.
Ya se sabe, que para donde vamos, que si patatín, que si patatan, las risas al final nos metimos al agua a las 11:00.
Yo empecé a hacer esperas en un fondo que iba desde los 6 hasta los 14 metros.
Como la zona era tipo acantilado íbamos en paralelo Víctor, Rafa y yo, hasta que llegados a un punto, ya que Rafa se paró a mirar unas piedras, así que seguimos Víctor y yo.
En una espera a unos 10 metros vi un dentón kilero pero no merecía un tiro, a ese lo espero el año que viene con un par de kilos más.
Ahora os voy a contar el relato de una espera que pudo acabar en captura de un bonito dentón de unos 2 kg y como por tonto se fue de rositas
Bueno estoy ventilando en superficie, pico y veo un gran bloque de piedra que tiene un poco de inclinación en su parte superior, así que decido hacer la espera encima del mismo, había un fondo de unos 11 metros. A mi derecha la piedra caía hacía la arena, me sitúo mirando no hacia la arena, si no en paralelo a la línea de las piedras con la arena.
Miro al frente y veo unas mojarras que se me acercan, miro hacia la derecha y abajo y veo una cabrilla enorme para ser una cabrilla, yo calculo que pesaría unos 500 gramos mínimo, en esto que estoy mirando a la cabrilla un rato y cuando miro al frente, donde tenía apuntando el fusil veo a 2 metros míos, no más, un dentón de unos 2 kg, que al girar la cabeza yo, cambia el rumbo, mientras rectifico la posición del fusil el dentón se aleja, se para a unos 5 metros de mi, me mira y yo le estoy apuntando, pienso í¢â‚¬Å“se va a acercar otra vez, mejor asegurar el tiroí¢â‚¬Â, pero no ocurre esto, se gira y se va. Conclusión por mirar a otro lado y no donde debía me quedé sin pescado.
Sigo haciendo esperas, con la esperanza de que vuelva el dentón, pero ya no lo volveré a ver.
La verdad es que me encontraba bien debajo del agua, con apneas de 1,40 de media, que para ser invierno y para mí están muy bien, llegando a hacer algunas más larga, pero sin llegar a los 2 minutos.
Sigo haciendo esperas y algún acecho, cuando al girar la cabeza hacia la izquierda, veo como un espetón majete me va a pasar por ese lado pero alejado de mi, con un movimiento de cabeza miro enfrente mía y veo otros dos espetones que se mantienen a distancia como en suspenso. Hago un ligero ruido gutural y el espetón que me venía por la izquierda hace un giro y se dirige a mi posición pero demasiado rápido, pasa delante mía como a cuatro metros pero no me da tiempo a rectificar el Abellán para seguirle mientras veo como los otros dos espetones que estaban enfrente mía, se giran lentamente y cogen rumbo a donde ha desaparecido el otro espetón.
Con la esperanza todavía intacta, sigo avanzando por el acantilado haciendo esperas. Me escondo entre las piedras como un cabracho, también me camuflo que en una de estas, mientras estoy ventilando veo que Víctor esta a mi izquierda un pelín adelantado y le veo también ventilando. Para no tener que esperar a que él se sumerja y suba, cuando veo que el baja, yo bajo al lado de él y me pongo como a 4 metros a su derecha. No veo nada interesante y subo. Cuando subo y Víctor ya había avanzado un poco. Luego me contará que estaba haciendo una espera y que ha visto algo raro, que no sabía que era, hasta que terminando la apnea se ha acercado y ha visto que era yo.
Bueno sigo con mis esperas y también como el espetón por la izquierda en paralelo a la costa veo una lubina, hago los sonidos guturales y se gira para verme, cuando estoy enfilando el fusil, algo la asusta, da la vuelta y se va. No se si se asustó por mi fusil, por que Víctor y Rubén estaban por allí, pero el caso es que se fue.
Ya decido darme la vuelta, cuando oigo a Víctor que me llama y me pide la linterna y el fusil corto. Me dice que ha visto un mero nadando delante de él, que se ha quedado en una piedra, que ha dejado una goma solo al Dapirán para no doblar la varilla contra la roca, ha bajado y el mero estaba en la entrada de la piedra, ha disparado y que no sabe como el monofilamento se le ha enganchado, no le ha dado y que lo va a buscar en la piedra.
Baja la mira, bajo yo la miro y damos por perdido al mero ya que la piedra es inescrutable, y no sabemos si sigue allí si se ha ido o que, así que ahora si que me doy la vuelta.
Cansado de hacer tantas esperas, decido acercarme al acantilado a mirar agujeros. Mirando, mirando, vi un congrio de unos 3 o 4 kg, cambio el fusil, cojo el corto, le disparo y lo saco de su agujero, cuando lo voy a izar, veo que se está desgarrando lo subo y lo agarro mientras veo que la varilla se ha caído al fondo, es decir el congrio esta suelto, lo sujeto como puedo con la mano derecha y la izquierda mientras veo como se va escurriendo hacia atrás, lo aprieto contra mi pierna con la mano derecha, se me va resbalando, cojo el cuchillo con la mano izquierda, intento clavárselo antes de que se me escurra, se lo clavo como puedo pero justo se me resbala de la mano derecha por lo que solo le hago un pequeño corte y veo como el congrio nada hacia las piedras, cojo aire lo sigo, intento arrinconarlo para clavarle el cuchillo (no sería el primero que recupero así, solo me falta ponerme el cuchillo entre los dientes,jeje) pero hace un giro y se mete entre las piedras y no lo vuelvo a ver.
Sigo roqueando y veo dos congrios más uno que pesaría 500 gramos y otro de unos 2 kilos. Pero esos aun no dan la talla así que se quedan allí para la próxima.
Con esto doy por terminada la jornada, son las 17:20 cuando salgo del agua. El resto menos Víctor se han ido ya en la fragoneta. Espero a Víctor y saca lo mismo que yo, un nada de unos 5 kg.
De ahí nos vamos al hotel, y después a cenar todos juntos a un italiano. Yo tenía más hambre que un perro ciego, así que como postre me comí otro plato de pasta.
Decidimos al día siguiente madrugar, levantarnos a las 6.30 para desayunar a las 7:00 y aprovechar la mañana para pescar.
Rafa, Ruben, Celso y Alex se tiran en un sitio y Víctor y yo nos vamos a otro donde habíamos quedado con Miguel íƒÂngel y Rafa (morlako). Cuando llegamos no hay nadie, así que nos preparamos nos quitamos peso antes de entrar (es del pescasub bien sabido, que hay que ver la cara a la cena del día anterior antes de entrar al agua) y vamos a los que ahora se llaman hot points, es decir a las zonas que creemos buenas.
Bueno yo hago esperas por doquier y no veo nada de nada, mucha vida pequeña, catañuelas, bogas y otro pez que no me acuerdo de su nombre aunque ayer lo miré, luego os lo cuento (es ese de la mancha negra en el lomo).
Haciendo una espera en medio de la poseidonia rodeado de pececillos veo como estos se agachan, pienso hay viene algo, pero vuelven a subir. Al segundo y medio vuelven a agazaparse en la poseidonia y veo a lo lejos como dos dentones se mantienen a mucha distancia. No se cuanto llevo en el fondo pero me siento bien, así que aunque no los veo decido aguantar un poco más con la esperanza de que regresen, pero no vuelven. Recordando lo que me dijo Víctor el día anterior, no subo en la misma vertical, si no que avanzo por el fondo en dirección contraria a los dentones y asciendo unos metros alejado. Cuando veo el profundímetro, veo que estaba en 8,4 metros y una apnea de 2:03, nada mal para ser invierno y estar el agua a 14,5 grados.
Pruebo fortuna otra vez en el mismo sitio. Ahora nada más bajar los peces vuelven a agazaparse en la poseidonia. Pero no veo dentones, veo unas í¢â‚¬Å“salpasí¢â‚¬Â que se acercan a verme de frente. Según se acercan veo que no son salpas si no bonitos, que al verlos de frente redonditos como las salpas me he equivocado. Intento seguirlos con el fusil pero nadan muy rápido y no puedo apuntarles, me pasan de izquierda a derecha y no puedo girar el fusil a la misma velocidad que ellos pasan. Otra oportunidad perdida.
No pierdo la esperanza, aunque ya me va quedando poca, y bajo otra vez al mismo sitio. Ahora los peces pequeños nadan sobre mi. Espero, espero, y veo como los pececillos se desplazan hacia mi izquierda, es decir, algo viene por la derecha. La visibilidad es buena unos 12 metros, rectifico mi posición, y veo cinco dentones que se están haciendo los remolones, dos de ellos se van acercando lentamente, pero se giran. Hago un mini ruido gutural y uno de ellos decide venir a verme, pero lo hace muy lento, veo como me encara pero se acerca muy despacio, mi apnea se está acabando, lo noto, el dentón hace un giro lento para irse otra vez para atrás, mi apnea se acaba o pruebo fortuna, todo o nada, disparo, veo que la varilla se para antes de que llegue al dentón, es decir, estaba más lejos de lo que yo creía y era más grande. Le calculo unos 4 kg, pero nunca lo sabré exacto ya que se fue.
Voy avanzando y haciendo esperas, así veré como un espetón de un kilo o menos pasa a mi lado, por unos segundos lo tengo a tiro pero dudo, lo veo pequeño y al final lo dejo pasar.
Nadando me encuentro con Miguel íƒÂngel que ha llegado después que nosotros y me dice que no ha visto nada, yo le digo que voy en dirección al coche, para salir, le cuento lo que he visto y decide ir a probar fortuna.
Me encuentro también con Víctor, que dice que no ha visto nada (no sabía lo que le esperaba más adelante) y que se ha dedicado a coger salmonetes, lleva 8 bien majos y un sargo de unos 400 gramos.
Yo quemo mis últimos cartuchos, cuando un espetón gordito me entra de atrás adelante, cuando lo veo subo el fusil en su dirección pero el espetón da dos coletazos y se va.
Voy a la playa y me cambio. Mientras espero a Víctor y a Miguel íƒÂngel me como unos Brownies comprados en el día que me saben a gloria.
Luego saldrá Víctor y me cuenta que ha visto una pared de dentones, que habría como de 2 a 4 kg o más y habría como 50, pero le ignoraron y se mantuvieron a distancia del dapirán.
En resumen fue un fin de semana entretenido pero con cero pescados por mi parte.
