Primero de todos desearos a todos una feliz navidad y un prospero año nuevo. 26 de diciembre 2010, decido salir a pescar un rato antes que se levantara mas viento, con la intención de buscar nuevos sitios y sin prisa. Tenía un sitio marcado en mi GPS, conocía el sitio pero no lo explore bien, osea que decido llegar al sitio. Cuando me tiro el fundo muy bonito y después de 20 min primera sama en el bote. Después como que el movimiento desapareció y me decido moverme a otro sitio, esta vez donde el instinto me lleve.
Como el agua está muy limpia se puede diferenciar bien el fondo desde la superficie y me encuentro unas manchas negras como en medio de un arenal y decido tirarme. El fondo impresionante, al principio no veo mucho movimiento, pero me aparece un cardumen de jureles y mato uno, en ese momento el fondo se revoluciona y los peces comienzan a aparecer. Al principio veo unos cuberas no muy grandes (15 o 20 lb), samas etc. Pero del fondo veo salir un animal y el corazón se me quiere salir del pecho. Como me encontraba solo y no tenía ninguna sombra acechando decido darle de comer el lechoncito. Limpio el jurel dentro del agua y veo que el animal tiene hambre y está comiendo con ansia, y digo quieres comer pues come y le tiro el jurel entero. Mientras el jurel va cayendo el cubera le da vueltas como que inspeccionando y una vez en el fondo se lo como entero quedándole la cola fuera de la boca. Ese es mi momento, está lleno y distraído, le hago la caída muy delicadamente y me poso en el fondo, el mansito pensando en su jurel, la hago un pequeño acecho y él se encuentra totalmente perpendicular a la punta de la flecha, decido acercarme un poco mas y en ese momento el nada un poco alegándose de mi, este es el momento de disparar, lo tengo de espaldas con la escama en contra lo que ayuda a que la flecha entre, zassssssssssss. Lechoncito para papa, el animal arranco con una fuerza impresionante pero poco después se cansa y lo recupero. Yo, más feliz que una perdiz pegando gritos de alegría fuera del agua como si me hubiese tocado la lotería.
Pues nada, después de matar el cubera, me llego un buen tibu y más peces aparecieron, pero decidí dada por terminada la jornada de pesca. Espero que disfruten de las fotos. La pena no tener a alguna persona para la foto en el agua, pero para la próxima.