Autor Tema: Lo que puedo ser y no fue  (Leído 3108 veces)

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Desconectado TETE SPAS

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Re: Lo que puedo ser y no fue
« Respuesta #30 en: 21 de Febrero de 2011, 02:06:10 pm »
Ah, que el resto de años no lo estaba??  ::)  :D
muy buena
 

Desconectado salsub

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Re: Lo que puedo ser y no fue
« Respuesta #31 en: 21 de Febrero de 2011, 02:20:58 pm »
Pues  este fin de semana nos hemos dirigido a las aguas almerienses, por que íbamos a probar una semirrígida el sábado por la mañana.
Bueno llegamos a Carboneras a las 2 de la madrugada y claro, estábamos  cansados pero sin sueño, y que casualidad que al lado del Hostal, los mismos dueños tenían un pub, así que cayeron dos tercios, je,je
Habíamos quedado con el hombre de 10:30 a 11:00, así que nos levantamos a las 9 para ir a desayunar. Nos fuimos a ver la playa y el mar estaba plato, plato.
Bueno fuimos a probar la barca y bueno de motor va sobrada pero tiene cosillas, las cuales el hombre dijo que las arreglaba así que estamos pensando si comprarla o no. Ya os informare. Las anécdotas de la barca fueron, primero que habían cambiado el cable de dirección y lo habían puesto al revés, y claro giraba al revés, es decir, un lío y la otra fue al sacar la barca por que la echamos por una playa y el 4x4 se hundía en la arena y le costó un huevo sacar la barca de la playa, previo ostia de los bajos con un pedrolo.
Después de probar la barca nos dirigimos a la escollera de Garrucha, ya que eran las dos y pico y no estaba lejos de donde probamos la barca.
El agua se empezó a picar un poco por que soplaba poniente.
La escollera está muy bien por que la media de profundidad es de 13 metros pero cuando te acercas a la punta baja hasta los 22 metros y encima es muy larga.
Bueno, Víctor y yo íbamos en paralelo, el a poco agua buscando alguna lubinilla y yo iba por fuera de la escollera haciendo esperas en el borde con la arena.
De camino Víctor me dijo que quería un par de lisas para un amigo de su padre, así que haciendo una de estas esperas al borde de la arena me apareció una lisa de esas con el punto dorado en la cabeza, perfecto para calibrar el Abellan, así que apunte y la di justo donde estaba apuntando, un pelín por detrás del ojo. El Abellán estaba calibrado.
Haciendo esperas se veía mucha vida, más lisas, castañuelas, bogas, etc En una espera sobe los 13 metros al borde de la escollera, vi como un espetón aparece como de las tinieblas y se materializa, observo y veo otros dos que vienen detrás, valoro al más gordo y decido que es el primero, le estoy apuntando mientras pasa de derecha a izquierda y veo como siguiendo la trayectoria del espetón hay una piedra que me va a tapar el tiro, así que apunto mientras el espetón va desapareciendo de mi vista oculto tras la piedra. Pienso, ahora o nunca y aprieto el gatillo, la varilla vuela hacia lo único que veo del espetón, la cola, no es por que lo diga yo, pero fue un tiro de cirujano,je,je.
Bueno seguimos pescando y veo a un pescasub que vuelve de la punta y me dice que estaba haciendo un acecho a unas lisas y que le ha aparecido un atunaco, dice, sería como yo de grande.
Bueno, seguimos pescando, acercándonos más a la punta y cada vez hay más profundidad en la escollera, y cada vez se ve más vida. En una de las bajadas voy mirando las rocas mientras las flotabilidad negativa hace su trabajo, caigo como una hoja hacia el fondo, diviso un buen puesto y me poso como una pluma, levanto la cabeza y veo una dorada que me está mirando, como a 4 metros de distancia, rectifico la posición del fusil, pero será tarde, la dorada percibe el leve movimiento y huye hacia mar abierto, una oportunidad perdida.

Sigo avanzando hacia la punta, ventilo, golpe de riñón y vuelta a empezar, encuentro la flotabilidad negativa que me empuja hacía mi nuevo puesto entre las rocas donde intentaré ser uno más de los seres que habitan el mar, estoy a  17 metros  de la superficie. Me mantengo en el puesto y una nube de pececillos me rodea, las castañuelas, las bogas, las obladas y los sargos parecen competir por buscar un hueco cerca mía, en ese frenesí un sargo breado se acerca a curiosear, es pequeño, tendrá 500 gramos, lo miro mientras asciendo y veo como la nube de peces se abre a mi paso, mientras voy ascendiendo voy girando sobe mi mismo para divisar el fondo, miro al frente y veo una sombra que se mueve por encima de mí y en diagonal, levanto la vista y veo un precioso atún que me está mirando, veo la grandiosidad del pez, su poderío, como iba subiendo, el fusil lo tenía mirando hacía el fondo, en un movimiento dejo de aletear mientras levando el fusil ayudado de la mano izquierda para poder hacerlo girar más rápido, intento apuntar pero el atún se mueve tan deprisa que sigo ayudándome de la mano izquierda para girar el fusil, por fin logro apuntar, apunto justo detrás de la cabeza, disparo, veo como la varilla vuela pero se clava en el lomo pero muy atrasado, me doy cuenta de que es como querer matar a un toro con una escopeta de balines, en menos de un segundo me saca del carrete unos 15 metros de carrete, cuando noto que la tensión se afloja, subo a superficie a respirar, cierro los ojos para guardar este lance en el recuerdo. Sé que toda la acción se habrá desarrollado en apenas 3 o 4 segundos, pero lo he vivido como si fuera a cámara lenta y aunque no lo haya podido capturar. El consuelo es que el tiro no era mortal y no fue barriguero así que el atún vivirá, a lo sumo le quedara una pequeña cicatriz de recuerdo.
Cuando ya he retenido las imágenes en mi memoria repasando la escena, abro los ojos y veo a Víctor como a 15 metros míos, le grito, ¡VICTOR!, viene hacía mi y le digo ¡He visto un atunaco! Y le cuento todo el lance. Lo curioso es que el atún paso entre los dos.
Sigo pescando pero hasta pasado por lo menos 20 minutos mis apneas son solo de un minuto, aun sigo con el corazón a mil  después del atún.
En una espera ya en la punta veo como una dorada parece que se va a cercar, pero antes de entrar a tiro hace un quiebro y se va.
Decido dar la vuelta y sigo haciendo esperas. Ya, casi llegando al final de mi jornada, veo como un calamar se acerca a verme, va cambiando de color, pasa del rosado al blanco y luego hace que una mancha negra le recorra el cuerpo, lo dejo ir, mientras parece que se despide de mi moviendo los tentáculos.
En la siguiente espera me entra un banco de lisas, otra vez son de las que tienen el punto dorado, me acuerdo del amigo del padre de Víctor, apunto a la más gorda y al pasapeces.
Con esto pongo rumbo a la playa donde me espera en el coche un bocadillo de jamón. Me cambio recojo todo, lo meto en el coche y me pongo al borde de la playa, con una coca cola y mi bocadillo, esperando a que Víctor salga del agua, mientras memoro todos los lances.
Víctor sale ya anocheciendo y me cuenta que ya cuando estaba saliendo y se había recorrido casi toda la escollera de vuelta, se ha dado cuenta que la boya se le ha soltado del mosquetón y que solo iba con la cuerda y el plegador, y claro, ha tenido que dar media vuelta para buscarla. Gracias a unos cañeros que le han indicado por donde iba la pudo encontrar, pero la paliza en las piernas no se la quita nadie.
El domingo nos fuimos a la escollera de Carboneras y la verdad es que había mucho pescado pequeño, pero del grande nada de nada.
Empiezo a hacer esperas igual que el sábado al borde de la escollera, pero no veo nada tirable. Disfruto de ver la vida rebosante del mar. En cada hueco hay vida, en cada centímetro hay vida, veo blénidos, anémonas, esponjas, cangrejos, etc
En una caída, la escollera cae a 18 metros, veo antes justo de llegar un banco de tres corvas, me detengo mi descenso y me poso en una piedra previa. Apunto, a la que me parece más gorda. Disparo y veo como la varilla pasa por donde estaba antes la corva, pero la corva no está. Asciendo con la varilla vacía, pensando en lo rápido que se mueven las corvas.
Sigo haciendo esperas después de 4 horas sin ver una escama. En esto que veo como algo se me acerca de frente, es un dentón, pesará unos 2 kg, viene enfilado hacia mi, le apunto, se acerca más, más, más, le tengo encima, más, hace un quiebro y se va, hace un giro a la izquierda y luego un rodeo pero ya fuera del alcance del fusil, la pregunta ¿Por qué no he disparado?, la respuesta, no lo sé. Era un tiro fácil, el dentón me ha encarado y ha estado por lo menos 3 o 4 segundos a tiro mientras se acercaba más y más, lento pero sin pausa, ¿Entonces?, simplemente no he apretado el gatillo, asciendo pensando un por que. ¿Será que lo he visto tan fácil que no he disparado por que la captura no me reportaba nada?, no lo sé. El caso es que el dentón no está en mi pasapeces y yo salgo del agua con un rosco,  haciendo la temida porra almeriense.
Cuando salgo, veo unas piedrecitas en la orilla y decido ir al coche a cambiar el fusil por una botella de acuarios y una garrafa para pillar bichos para el acuario. La verdad es que fue fructífero, conseguí coger dos minipulpos de 1,5 cm y un congrio de 10 cm de largo (aun es trasparente), así que al final casi prefiero haber dejado el dentón y llevarme estas hermosas criaturas al acuario, ya que el dentón valdría para una comida o cena, pero los pulpitos y el congrio me van a recordar el mar todos los días cada vez que los mire en el acuario y, estando a 400 km del mar más cercano se agradece.
Bueno espero que os haya gustado el relato.
Un abrazo!!!
PD. Las fotos las tiene Víctor así que en cuanto las tenga las cuelgo, aunque aquí os dejo una de la comida de ayer. Se me olvidaba comentaros que hemos descubierto el atún ahumado, una verdadera delicatesen.


Muy buen relato y lastima por el atun, no todos los dias se presenta una oportunidad asi.

Lo del bonito ahumado fue en el "Sol y playa" de carboneras? :D :D, si es ahi lo hacen brutal.
 

Desconectado shinji

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Re: Lo que puedo ser y no fue
« Respuesta #32 en: 21 de Febrero de 2011, 02:32:14 pm »
No fue uno que se llama Frontera... Pero estaba muy, muy bueno. (joer que hambre a estas horas...)
 

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