Hace un par de días, con poca gana por encontrar el mar un poco picado de levante, avisé a mi barquero para entrenar unas esperitas. Mi sorpresa fue cuando al tirarme encontré mas de 20 metros de visibilidad, por lo que pensé que la captura de algún dentón se iba a hacer muy muy complicada.
Antes de la 3킪 bajada, en superficie, en el agua caliente unos 7 metros por debajo de mi vi un bonito ejemplar que nadaba tranquilo entre el comezón pero opté por ni intentarlo, pues pensé que quizás mas tarde me daría alguna opción en el fondo contra las poquísimas opciones reales que tenía de matarla a la caída. Un par de esperas mas tarde, llegada muy silenciosa al fondo y me poso en una losa que si bien me deja entero al descubierto, tiene un pequeño desnivel ascendente que el el hipotético caso se que un depredador quisiera ascender a reconocerme no le permitiría verme.
Efectivamente, instantes después ahí esta nadando transversal a mi posición, muy muy alejado pero algo me dice que no se va a acercar más por lo que antes de que salga de un campo de tiro ( y sin tener claro que se encontrara dentro) despego mi cuerpo unos centímetros de la piedra, estiro el brazo todo lo posible para efectuar un certero disparo, bien centrado. ¡¡ Joder que satisfacción¡¡ EL pescado no arranca violenta sino mas bien lenta y constantemente, sin embargo noto una tensión muy fuerte sobre el dinema, en superficie asegurar, rematar la pieza y compartir la alegría con el barquero que estaba hasta los cojones de darle al jiging para andar liberando serranitos
. Como no era de extrañar por la lejanía de la pieza, pude comprobar que la varilla no había conseguido atravesar al pez lo que ha falicitado que éste fuera desgarrando la carne para hacerse una gran herida.
Un saludo a todos y por favor mucha prudencia, ninguna pieza vale el dolor le los que miran hacia el azul esperando nuestro regreso.