>Un maracucho que le ha prometido a su hija un viaje
>> >en avioneta como regalo de cumpleaños está negociando con el
>> >piloto:
>> >
>> >-íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿cuánto me cobráis por darnos un paseo de una
>> >hora?
>> >
>> >-Cuarenta mil Bolos.
>> >
>> >
>> >
>> >
>> >
>> >
>> >-Véeeeeeerrrrgaa cristiano, eso es mucho cobre! íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿Y
>> >si sólo es media hora?
>> >
>> >-Por media hora, veinte
>> >mil.
>> >
>> >
>> >-Que molleja primo, veinte mil, íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿no tenéis nada más
>> >barato?
>> >
>> >
>> >- Pues mire, podemos hacer un trato. Si usted se
>> >sube a la avioneta y es capaz de estar completamente callado
>> >durante todo el vuelo, no le cobro ni medio... (el piloto quería ver
>> >si era posible mantener a un maracucho callado)
>> >
>> >-Trato hecho
>> >cristiano!!!
>> >
>> >
>> >Allá se suben los tres y el piloto comienza a hacer
>> >malabarismos, vueltas, grados, caídas en picada, el avión
>> >boca arriba, boca abajo... y el maracucho,
>> >mudo.
>> >
>> >
>> >Por fin se cansa el piloto, aterriza y le dice al
>> >maracucho:
>> >
>> >
>> >-Oiga, me tiene usted asombrado. Mire que hice
>> >cosas peligrosas con la avioneta y íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡usted no pronunció ni una
>> >palabra!
>> >
>> >
>> >- Vergación compadre, si queréis que
>> >te diga la verdad, estuve a punto de gritar cuando se cayó la
>> >carajita.
