Es muy emotivo...
Afortunadamente para mí, mi hijo no me ve cuando salgo de pesca. Sí que buceamos juntos con escafandra y hace alguna apnea pero no pescamos.
Sabemos todos que hay pocas cosas comparables a cazar un pez en apnea y que ver la ilusión y la emoción de un hijo cuando "lo hace por primera vez" es algo impagable.
Pero me da mucho miedo ese periodo en la evolución del pescador adolescente en que las posibilidades físicas superan su resistencia emocional; su autocontrol.
Autocontrol para dar por terminada una apnea a tiempo. Para descansar entre apneas y supervisar al compañero... Para no traspasar la linea.
Hay un periodo que suele coincidir entre los 18 y los 25 años en los que el
empeño, la cabezonería, la falta de percepción del riesgo y el coraje superan el control de las emociones. Eso en la apnea es peligrosísimo. ¿Os habéis parado a analizar las edades en las que ocurren mayoritariamente los accidentes en pesca sub?
¿Cuantas veces cuando erais jóvenes -los que ya no lo sois tanto; tú entre ellos, Marco- habéis tenido tetanias al llegar medio asfixiados a la superficie? al borde de un síncope...? ¿en qué rango de edad os solía pasa eso?
Es imperativo inculcar a los que empiezan las tres reglas de oro:
1.-)- Se pesca en pareja, es decir; uno tiene contacto visual permanente y en la perpendicular -un poco más adelantado si hay corriente- con el que está en el fondo; si hay que bajar a media agua pare eso pues se baja.
2.-)- Se acompaña a la superficie al compañero en los últimos 6/7 metros, empujándolo incluso. Con el tiempo y la experiencia se aprende a conocer las señales de posible incidente; apnea más larga de lo habitual, trabajo en el fondo o durante el ascenso, mirar para arriba al ascender... esto último es nefasto para el riego cerebral y es indicativo de que el otro va apurado.
3.-)- La más importante: la regla de los tercios (igual que en espeleobuceo), es decir; mi tiempo de apnea -que conozco bien-
COMO MíƒÂNIMO lo divido entre tres y los administro de la siguiente forma; 2/3 para bajar, pescar y subir y 1/3 para una posible eventualidad...
Todo esto acompañado de una buena gestión del material, de un entrenamiento adecuado y de la práctica del Pranayama.
Y aún así...
Supongo que de tener la posibilidad de pescar en presencia de mi hijo, este saldría pescador, pero no es el caso gracias al PPNCGN. -tiene 11 años y me imita superándome en todo-.
Supongo que mi visión del tema se debe a que he visto palmar a demasiada gente joven y he rescatado a otros tantos.
En mi vida no he tenido un síncope aunque en más de una ocasión sí que he tenido tetanias por hacer el BURRO.
Bueno; me he ido del tema y casi he dado una clase. Lo que quería decirte, Marco, es que es muy emotivo compartir la pesca sub con tu hijo, que a mí me daría miedo por el peligro llegado a cierta edad y que de estar en tu situación sería un
profe muy exigente.
Dicho esto... enhorabuena y disfruta!