Ramón fue una de las primeras personas del foro que conocí personalmente. Hace mucho. Aún me acuerdo del día en el que nos dimos la mano por primera vez en una cafetería que hay frente al mar en Riazor. Vino con su hija. Allí me enseño algunas piezas que había hecho en el trabajo para los fusiles. Sólo unos meses antes había estado en Coruña Enzo, el fabricante de los kits mamba y estábamos en ebullición sobre el tema.
Yo me había comprado un pequeño torno para hacerme mis propio kits, pero la perseverancia y la disponibilidad de tiempo nunca fueron mis fuertes, así que Ramón se llevó el tornito de maquetista y empezó a hacer kits con el en casa. Siempre se quejaba de las limitaciones que tenía, comparado con los suyos del trabajo, donde hacían piezas industriales. Muchos kits se hicieron en ese torno pequeñito, como de juguete.
Tenía un carácter propio y a veces no era nada fácil, algunos de sus mejores amigos tuvieron temporadas de no hablarse, a mí, como suelo siempre ser demasiado conciliador, nunca me mandó a freír espárragos de verdad. Me echaba broncas a veces, pero no me oponía demasiado.
Nos presentábamos nuevos amigos, personas únicas con grandes ideas y formas de ser, eso es lo maravilloso de las redes sociales como estas.
Pasamos muchos ratos juntos, su casa esta a sólo un kilómetro de la mía. En su habitación del torno, en mi trastero, en el polígono comprando tóricas o material. En internet buscando cosas para el torno, para pescar, etc. Su voz se oye de fondo en el vídeo de las motos de agua de villagarcía, el de poner sika a los guantes, en del día de la lubina y el temporal, muchas ocasiones. Muchas veces en muchos sitios haciendo muchas cosas distintas.
Durante los meses de ingreso de mi hijo en la UCI y a través de todas las desgracias que iban pasando, y pasan, él y su esposa Delia nos acompañaron y distrajeron de la durísima realidad.
Íbamos a ir a visitar un taller a 100km donde hacían cosas chulísimas el día que me dijo que no podía ir porque estaba ingresado, tenía fiebre y le descubrieron la enfermedad. LLevabamos 15 días planeándolo.
Era el final de una temporada muy mala de salud, él sufrió un golpe por detrás en el coche y tenía problemas de movilidad en un brazo, le causó muchos problemas eso. Previamente con una hernia inguinal había casi dejado la pesca porque no podía, le dolía mucho. Pero seguía adelante sin entristecerse. Otros habríamos luchado menos.
Desde aquella, muchas cosas han pasado, muchas subidas y bajadas, no me puedo meter en la cama hasta mañana porque hay respetos que presentar. Y algo que decir de él. Que era buena persona. Cuando estuvo fuera del hospital, en casa, nunca dejó de entrenar para acometer lo que venía, ir a andar, comer bien, sabía que iba en serio.
Cuando estaba bien, vacilábamos, mirábamos por los prismáticos desde el hospital, no se quería saber demasiado, lo que dijeran los médicos. La compatibilidad para el trasplante de su único hermano abrió la esperanza, muchas personas se salvan, todos conocemos casos. Por fin una salida.
Después vino la travesía del desierto de molestias, enfermedades, anemias, crisis respiratorias, meningitis, infección, todas las dificultades que las nuevas defensas curarían.
Había esperanza. Capear el temporal hasta que mejorase.
Por ello hace unos días cuando los médicos dijeron que el desenlace, antes o después, era inevitable, fue un mazazo. La familia ya había pasado por las crisis que aquí mencionamos, no es lo mismos vivírlo que leerlo, que te hacen pensar que la muerte es posible, al no vivírlo, sólo oírlo, teníamos mas esperanza quizás, lo veíamos mas lejano.
Ya era una semana sobresaltándome cada vez que llegaba un sms al móvil. Se sabía que pasaría, pero yo no me lo creía aún. Aún no me lo creo.
Se ha ido una buena persona que disfrutaba con su actividad y nos hacía disfrutar al resto, no puedo decir más porque es ocioso.
Este lunes tenía previsto ir a visitarlo, cuando la familia estuviese mas dispersa tras el fin de semana, no me gusta ni la enfermedad ni los hospitales, pero no he podido, lo recordaré tal como lo vi la ultima vez, antes de entrar en aislamiento, y cogeré un trozo de kit para ponerlo en el llavero y poderlo tocar cuando quiera. Para recordar los momentos pasados.
DEP