Hola a todos, hace tiempo que no escribo un relato de pesca y ya que estoy de viaje en el culo del mundo y siendo como es domingo, lo único que me queda para pasar las horas es el recuerdo, que como no podía de ser de otra manera, tenía que ser de la última jornada de de pesca.
La recuerdo con mucho cariño por varios motivos que ahora os contaré y entenderéis de lo que os hablo.
Estás son fechas de ansiedad, que me la crea principalmente lo cambiante de la época. Lo mismo me encuentro con la termoclina a 12 mts que a 30, el agua a 22 que a 19, agua limpia o sucia, mucho pescado o desierto de Arizona..... Vamos, un follón de cojones, que me cortocircuita la cabeza.
El caso es que con esta ansiedad me voy a pescar con mi compañero Fran. En la primera mitad de la jornada no vemos gran cosa, hacemos algún dentón pequeño y corvas buenas, pero la termoclina está un pelín alta y no vemos ninguna mole, lo que nos hace cambiar de zona en busca de más suerte. Al llegar al nuevo hot spot le comenté a mi compañero que me quedaba en la zona profunda aunque me tocara bajar por debajo de la termoclina . Por la cara que me puso la idea no parecía brillante, pero tenía ganas de hacer un par de bajadas profundas antes de terminar el día y el cambio de estrategia, aunque solo fuera por lo del cambio no parecía peor opción que seguir igual que hasta ahora.
En la primera bajada, con la termoclina alta no caigo en el sitio y solo me vale para situarme y localizar la zona, en la segunda por fin caigo en el sitio y aparte de un minipukie, una brotola y demás no vi nada. Antes de desistir decido prepararme una última bajada más con la idea de hacer apnea que de pescar, con la suerte que a los pocos segundos de llegar al fondo veo 4 dentones, de los cuales uno destaca por encima de los demás, éste era gordo y era lo que había venido a buscar. Los segundos pasan y parece que tímidamente empieza a venir, hasta que pone fin a nuestra relación a unos 8 metros de distancia. Por favor le pido que desista haciéndole unos cánticos cavernícolas, que hace que se para en seco para volver a encarar aunque está vez se queda estático en modo “me he quedado con tu cara y tus trucos conmigo no valen”. Aquí hago un paréntesis para comentar lo que a todos se nos pasa por la cabeza: “menudo hijo de puta, este es un cabrón de esos que me esta mirando partiéndose el ojete viendo a ver si me pongo morado”. Lo que no sabía el colega es que la corriente lo iba acercando hacía a mi poco a poco haciéndolo entrar en la ventana de tiro.
Cuando el bicho se da cuenta de ese detalle sin importancia, porque os puedo asegurar que sabía bien de lo que iba la película, gira bruscamente obligándome a hacer un tiro penoso, con la historia posterior que podéis imaginar. Pasó por todos los sitios que vio y me dio la impresión de que en cada uno de ellos me dejaba una lechuga (enredo con la linea), para dejar una mega lechuga final que no os podéis hacer idea.
El final es de paliza máxima, que resumo en una primera bajada que termina con mi cuchillo entre los dientes mientras saco el pescado y remato el pescado a posteriori y una novena bajada en la que termino de desliar la santa lechuga que me había formado.
Uff, que recuerdo más dulce me ha quedado de este lance
Buen azul a todos!!