Las especies que no podrán ser comercializadas en Canarias hasta que no sean sometidas al control de la ciguatoxina son las que tienen pesos superiores a los siguientes: más de 15 kilogramos en el caso de los medregales; 30 en el de petos; 12 si se trata de pejerrey e igual cantidad para los abades; 29 para los meros; 150 para los picudos; 10 para los sierra y 150 para los espada.
En el supuesto de que se capturara un ejemplar que no cumpliese con el perfil apto para su venta, dicha unidad debe mantenerse en refrigeración hasta que el veterinario de Salud Pública realice la toma de las muestras de músculo, de un kilo, y de las vísceras del pez para enviarlo a analizar. Si el examen diera negativo, el pez intervenido podrá ser destinado a alimentación (sin huevas, hígado ni cualquier víscera) y deberá llevar tres etiquetas grapadas en las branquias, aleta dorsal y ventral, respectivamente. Además, deberá estar acompañado de una nota de primera venta específica. En el caso contrario, es decir, si se detecta la toxina, deberá destruirse en su totalidad.
El Cabildo recomienda a los pescadores aficionados y de la pesca deportiva que no consuman las producciones que superen el pesaje establecido y procedan a "su suelta inmediata al mar para evitar intoxicaciones".
Y eso no es de hace mil años,es de ahora,así que quizás si sacaís un bicho grande venga la guardia civil,seprona,y os lo requise para hacerle la prueba de ciguatera,por cierto la prueba vale 100 euros,sino se lo llevaran para destruirlo.
Ole toma envidia,haber si leeis un poco más las noticias,antes de comenzar a llamar envidioso y demás descalifictivos.
Peace and love.