Buenas!!
El Jueves por la tarde no tenia previsto salir... Pero a eso de las 15:00 me invadió una sensación curiosa que no si alguno de vosotros habeis sentido nunca. No eran ganas de pescar, no eran ganas de hacer deporte, no eran ganas de disfrutar del paisaje submarino... Tenia ganas de matar, ganas de pelearme con algun bicho, ganas de verme luchando con algun pez que me hiciera subir la adrenalina. Con esa ilusión cojo todos los bártulos y a las 16:00 ya estoy en el agua.
Lo primero que veo es un pulpo que confiando en su mimetismo ni se inmuta al acercar la varilla entre sus ojos, esta en un agujero pero el tamaño de su cabeza me indica que el tamaño de su cuerpo no es digno... Reprimo el instinto con el que me he metido en el agua y lo indulto.
Prosigo acechando en un fondo rocoso de unos 12 metros y vislumbro a unos 8 o 9 metros la silueta de lo que parece ser una dorada, me acerco en distancia de tiro y efectivamente, es una dorada, unos 3 kilos.
Las dos horas que transcurren desde que me invaden las ganas de matar hasta que tengo al bicho en distancia de tiro hacen que el momento coja tintes dramáticos, es lo que estaba buscando, el tiempo se para, las castañuelas se mueven a camara super-lenta, el corazón me late a una pulsación por minuto, apunto, disparo.......... y le doy en la cola
Con el primer envite se desgarra
Espero que pueda sobrevivir...
Noto un calor asfixiante en la cara, fruto de la rabia por fallar semejante disparo... ya es la segunda dorada que fallo en menos de una semana...
En una espera en un fondo arenoso de unos 8 metros me entra sin titubear una herrera/mabre de buen porte en comparación con las que suelo ver, y aun no ser el bicho que estaba buscando decido desquitarme del fallo anterior y le enchufo con mas rabia que precisión. Estreno el pasapeces.
Transcurridas 2 horas desde la inmersión y desde superficie detecto un movimiento en la sombra de una gran roca. Sera un mero? Sera un falso abadejo? Sera una corva? Evidentemente ventilo y bajo a descubrir que sorpresa me depara el interior de ese saliente, a medida que me voy acercando al agujero pienso, como no haya nada me salgo para fuera, sigo frustrado por el fallo de la dorada... Miro el agujero como marcan los canones, a la inversa, fusil, cabeza, linterna, y sorpresa!! Es un mero que aun con trayectoria claramente defensiva buscando un recobejo para esconderse, me da tiempo para enchufarle en las agallas y recuperarlo en la misma bajada.
Desde superficie examino el ejemplar, lo remato, lo meto en el pasapeces y esa sensación que me habia impulsado a meterme en el agua ha desaparecido. Estoy complacido. Estoy relajado. Estoy contento.
Para casa, y a cenar pescado fresco con mi mujer.
Un saludo a todos
Pd: Lo de cara de tonto es por mi cara en la foto