Bueno, voy a estrenarme en este foro añadiendo una más.
El otoño pasado, entrando de infantería a un sitio que conozco como la palma de mi mano, donde sobre un fondo de unos 8 metros suben unas rocas hasta la superficie. Había poco mar (0,5 metros de ola) pero al día siguiente subía hasta más de 2,5m, así que con el mar subiendo y el tiempo cambiando las rocas eran una concentración de sargos.
Le pego a uno que estaba comiendo en la roca, desde la superficie a unos 2m, pero el tiro es tripero así que para que no se me desgarre suelto el fusil y me lanzo a por el. Lo agarro, y de repente noto algo que me empuja hacia adelante, me hace dar un "volatín" y me deja tumbado panzaarriba en seco. La siguiente ola me tira de la roca, pero me quedo trincado por la cuerda de la boya, que sigue al otro lado de la roca. La siguiente ola me empuja hacia abajo y me golpea la espalda contra la roca, así que me suelto el cinturón de plomos y ¡aletas para que os quiero!. Luego, pasada la serie y por tanto sin olas, conseguí recuperar todo el material.
Afortunadamente, no tuvo mayores consecuencias que un 7 en el neopreno y un sargo perdido, pero analizándolo a posteriori podía haber tenido consecuencias fatales.
LECCIÓN APRENDIDA A LAS MALAS: Siempre que estemos pescando a poca agua, un ojo para el pescado y otro para las olas, en todo momento. Sin confiarse, aunque pensemos que conocemos bien el sitio!!!