He de decir que fue todo muy rápido. De repente nos vimos rodeados de petos. Yo disparé a uno que iba en grupo junto con otros 4-5. Vi la varilla traspasarlo y dejarlo en el hilo, el carrete comenzó a soltar hilo como si al otro lado hubiera un misil y de repente.....la tensión desapareció.
Al poco tiempo Orlando, situado detrás de mi, me gritó pidiéndome la boya y en pocos segundos la enganchamos a su fusil y esta empezó a correr.
Yo me fui para la barca y entre que recogía el ancla y recuperaba el aliento no pude ver la boya "volar". Con decir que les perdí la vista desde donde yo estaba. Dieron más aletas de las que ellos se imaginan. Lentamente fui hacia el horizonte hasta que vi el amarillo de la boya y a Orlando gritando mas feliz que un niño y no era para menos. Cuando llegué hasta donde estaban y levantó el peto me dio un gustazo, como si lo hubiera capturado yo mismo.
Pudieron ser tres petos pero la única flauta que sonó ese día fue la de Orlando!!Esperemos que haya mas suerte en la próxima salida y podamos grabarlo para deleite de la comunidad.