¿Qué más da si con un fusil de 600 euros vas a pescar más o menos? Si donde realmente se disfruta es en casita, mirándolo, cuidándolo, poniéndolo a punto hasta el último detalle... Una vez en el agua sólo importan las prestaciones.
Hace ya unos cuantos años, circulando por la carretera nacional que cruza Mataró, vi en un balcón, colgado en la pared encima de la cristalera y como adorno lo que parecía un fusil. No pude evitar acercarme y aluciné al ver que era un Abellán del primer modelo, que hacía poco que se vendía. Poco después me enteré que era de un hombre mayor que pescaba con caña...