Yo una vez pillé una lubina sin cola. Se la habían cortado uno o dos centímetros por delante de la aleta caudal. Era curioso ver cómo nadaba sin aleta (muy mal por supuesto) En aquella ocasión creo que había sido un delfín, que les meten mucha caña.
En este caso, un ataque de otro pez, o un desgarro.
Lo que más me llama la atención, es la capacidad de cura que tienen los peces en el mar.