El miércoles aterricé a las 15:50 hora canaria y leo un whatsapp de Raúl que en 10 minutos salía de pesca a mi sitio favorito de la isla, fue verlo y salir el gorila que llevaba acumulando durante todo este tiempo en el exilio, así que a fuego para casa, preparar el equipo y tenso al hot point. Al llegar aún estaba vistiéndose, unas palabrillas y al agua, NI UN TIRO. Normal, no deja de ser un cagadero, por lo menos las sensaciones después de tanto tiempo son más que buenas.
Al día siguiente voy por la mañana a comprar gomas nuevas y unos escarpines que por la tarde toca pesca de nuevo. Vamos a un pecio y encadenando bajadas me entra un medregalito que va a ser la primera pieza del regreso, lo subo un poco apurado pues el tiro lo deja bastante vivo pero al final lo recupero bien. La anécdota de esta jornada fue que se nos soltó el barco y cuando nos dimos cuenta ya estaba bastante lejos... uffff! Casi se nos sale el corazón dando aletas, llegamos sin problemas pero ya después no había quien pescase así que nos fuimos tranquilos, ya habíamos echado un buen rato.
La jornada de hoy de nuevo con Raúl y también Orlando. Al principio no pintaba muy bien, muy poco pescado, los ánimos bajaron y creo que por la mente de los tres pasó una retirada temprana pero aún así decidimos gastar el último cartucho. Las condiciones era es-pec-ta-cu-la-res, ver cada movimiento del compañero desde superficie en un fondo de 30 metros era flipante, ese azul eléctrico del agua (se puede ver en las fotos) ENAMORA. Verlo bajar y luego subir, un aletazo tras otro, era como verlo volar a cámara lenta.
El lance del medregal de las fotos fue para flipar
Bajo a un corte y reptando por el fondo me alongo al borde a cobijo de dos salientes... miro para abajo y se ve vida... levanto la cabeza y miro hacia la derecha y viene desde lo lejos a media agua, parece decido pero se queda en el límite para empezar a girar lentamente. Yo para mis adentros pensé, por cojones que disparo, estiro el brazo y aprieto el gatillo, es un tiro lejano pero confío en el fusil... momento de tensión hasta que se escucha ¡CLONC! y lo veo temblar. No lo atravesé pero la varilla tocó espina y lo deja bastante aturdido los primeros segundos. Empiezo a subir y veo cómo va cogiendo fuerza y empieza a moverse y tirar hacia el fondo
mierda! Tiro mientras subo intentando evitar que toque piedra hasta que llego a superficie para pedir ayuda y otro fusil acojonado sabiendo que la varilla no está pasada. Raúl baja y lo remata justo cuando mi varilla se suelta, aunque creo que debido a su tiro. Festejo desde superficie que la pieza ya está cobrada. Algo más de 15kg y un lance inolvidable, unas fotitos y a seguir mirando zonas para hacernos con un ranchito.
Ahí les dejo unas fotos...
