¡Qué morriña viendo esa coral trout (mi mero rojo de Japón)!
¿Qué te pareció gastronomicamente?
El emperor del que hablas, creo que en Hawaii le llaman Mu y su comportamiento es muy similar al del dentón.
¡Buen viaje!
Me hace mucha ilusión tu comentario, Pepe.
Lo cierto es que desde que vi tus increíbles meros rojos, me dije para mis adentros que no me gustaría morirme sin pescar una maravilla de esas, y mira tú qué sorpresa me tenía preparada mi destino! No te puedes imaginar lo que flipé cuando me crucé con semejante ejemplar debajo del agua. Y sobre todo cuando subí a la superficie y se iluminó de un resplandeciente color rojo carmesí
. No me lo podía creer! Un espléndido trout grouper de un tamaño que no me podía imaginar ni en mis mejores sueños.
Tengo que decir que tuve una suerte terrible de pescar lo que pesqué en tan poco tiempo, porque en todas las inmersiones que hice a posteriori, que fueron más de veinte, y dentro de reservas marinas, no avisté ningún ejemplar de ese porte y siempre se mostraron todos muy esquivos. Este lo capturé en un acecho profundo pegado al cantil.
En cuanto al emperor; había visto unos pocos ejemplares en toda mi vida y tenía la espinita clavada desde hace ya tiempo. El color rojo bermellón de sus aletas parece irreal, como sacado de un cómic. Un pez supertímido, bastante más que el dentón, superescaso y con un aura de misterio que me tenía cautivado. Me aguantó la apnea al máximo y tuve que hacer un tiro larguísimo, de esos que odio, para tener alguna opción a capturarlo. De hecho, no lo atravesé del todo y se debatió vigorosamente con mi consiguiente canguele de perder mi codiciada presa o que sus movimientos atrajeran a los numerosos escualos que patrullaban la zona. Cuando por fin lo tuve entre mis manos y puede contemplar semejante belleza, fui el hombre más feliz del mundo.
El giant sweet lips, en cambio, no fue una captura especialmente difícil si no fue por localizarlo entre los bloques desprendidos. Su pesca es muy parecida a la de la corba. Había que pescarlo al acecho, jugando al escondite en los túneles, entre las piedras. Pero en este caso me hizo especial ilusión porque era una captura que había planeado pescar en este viaje y que no me esperaba encontrar justo en los últimos minutos de mi deriva por la corriente. Fue la última captura y un broche de oro para tres horas mágicas y que tengo grabadas a fuego en mi memoria.
A veces es difícil transmitir la dificultad, el mérito o la ilusión que suponen determinados tipos de capturas en mares de ultramar. La gente no conoce el comportamiento de las diferentes especies y tienen la impresión que es meterse en una piscina llena de peces y empezar a pescar; pues nada más lejos de la realidad y mucho menos cuando eres selectivo y buscas solo determinadas especies. La pesca fue dura, estresante e intensa, pero el resultado fue magnífico y supergratificante.
La captura de estos tres ejemplares me han bastante más ilusión que la que me podrían haber proporcionado un par de dentones de 6kg, por poner un ejemplo gráfico. Estaba radiante de felicidad.
Pepe, todos los peces los comimos en sushi. Deliciosos.
La mitad del mero se la regalé al ranger que me estaba esperando todos los días para controlarme, se conoce que no tenía otra cosa que hacer, jajaja. Y con la cabeza hicimos una deliciosa sopa.
La semana que viene colgaré la foto del megacangrejo de los cocoteros para que flipes in colours. 3 kg tienen la culpa!
Un abrazo.