Todo sería diferente si nos ahorraramos los intermediarios, o naúticas,que lo único que hacen es inflar los precios de las barcas que de por si ya son caras, y encima con un servicio postventa en la mayoria de los casos totalmente deficiente.Si a esto le sumamos la crisis, el precio de la gasolina, y en el caso de Cataluña las dificultades para acceder al mar sin el correspondiente sablazo por varar la barquita, ya es raro que sigan fabricándose y vendiendo barcas.