Del tiburón no recuerdo mucho si hice el cuento, pero en Puerto Rico era muy común pescar entre ellos. Donde había movimiento de pescado siempre aparecían intentando robarte la pesca. Generalmente basta con pincharlos con la punta de la varilla para mantenerlos a raya, pero a veces se ponían muy confianzudos y había que tirarles. A mi no me gustaba demasiado tirarles porque no se morían nunca y generalmente significa perder la varilla. Mis compañeros los pescaban porque se lo pagaban 2$ la libra y un tiburón mediano ya eran 200$.
Ese en particular lo había tirado Rodolfo (Asesino) y había que rematarlo con un segundo tiro para poder controlarlo desde el bote. Yo estaba estrenando una varilla con punta zafable y decidí tirarle en la cabeza y me acerqué demasiado tratando de asegurar el tiro. Luego lo aprendí, pero los tiburones atacan (como cualquier animal) cuando se aienten acorralados, específicamente cuando tienen una varilla clavada. Entonces,cuando estaba por apretar el gatillo para tirarle en medio de la cabeza, se volteó y me vino de frente con la boca abierta. En fracciones de segundo disparé y la varilla le entró por la boca saliendo por el culo dejándolo KO.
A partir de ahí siempre de lejos cuando había que rematarlos!