Gorka, en el Parque Nacional Los Roques ninguna especie de pez apetecible está acostumbrada a que los pesquen con arpón, aunque ocasionalmente sí van algunos furtivos con arpón, especialmente turistas en veleros o yates.
Sucede que la gente en Venezuela sí come los sábalos, especialmente los pescadores de algunas regiones (no todas). Los pequeños a medianos hasta 10 kilos los muelen a golpes para desmenuzar las espinas y hacen guisos tipo cazón o raya para empanadas o para comer con arroz y plátanos maduros frutos (hummm!)
Los grandes, de 15 a 40 kilos (ocasionalmente 60, 80 y hasta 100 kilos con palagre) tienen unas espinas muy grandes, parecidas a huesos alargados de pavos, y sí pueden comerse sin problemas, en sopas, fritos, como sea. La carne es muy buena.
Pero como ya casi todos Uds. saben nosotros no los pescamos a menos que nos los pidan los lugareños o lancheros. No tanto porque no nos guste la carne o tengan muchos huesos, sino por las varillas. UNa varilla doblada o quebrada por un peto duele menos que una echada a perder por un sábalo o un chucho.
Además, en la región donde usualmente pescamos, Paria, los lugareños están muy pero muy bien servidos de proteína animal (pescao! usualmente esciánidos, carángidos, jureles, haemúlidos, engráulidos, sardinas y hasta camarón) y usualmente son exigentes con lo que piden. No te aceptan, por ejemplo, una paguara (spadefish, Chaetodipterus faber) porque la sangre les semeja la carne humana. En otras partes este pez te lo arrebatan de las manos. Así mismo, muchos no te aceptan algo tan divino como un pargo gallo o un loro, por los colores y porque no están acostumbrados a comer esos peces de arrecife que no pueden pescar con sus artes. En otras regiones del país, donde hay menos productividad, lo que tú le des a esa gente te lo agradecen. Muchos pescadores artesanales venezolanos de Paria, por ejemplo, nunca en su vida han comido un pargo o un mero, o mucho menos una barracuda... cosas de la vida. Si pescan uno, buscan la manera de venderlo (que valen mucho más).
Y es cierto, los sábalos son bellísimos, especialmente con agua clara y cuando te entra un cardumen de 30 o más ejemplares, todos por encima de los 15 kilos.
Saludos
Alexis