Autor Tema: Artículo de apnea en diario elmundo  (Leído 4524 veces)

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Desconectado skualo

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Artículo de apnea en diario elmundo
« en: 24 de Julio de 2016, 01:31:27 pm »
LA VIDA DEL HOMBRE PEZ

Morgan Bourch'is, la vida del 'hombre pez'
Un minuto y 45 segundos sin aire

24/07/2016 03:29
Estamos en julio y, si Morgan Bourchis tuviera seis años, probablemente estaría ahora cogido de la mano de su madre, pisando la arena de la playa y mirando al mar con recelo. Buscaría, desde el seguro refugio de la tierra húmeda, una aleta que asomara de cualquier sombra del océano Atlántico. Steven Spielberg y su película 'Tiburón' (1975) tuvieron la culpa de ese miedo terrorífico que desarrolló este niño francés que, 30 años más tarde, cumpliría su sueño de ser atleta profesional curiosamente en una disciplina que jamás hubiera imaginado.
EL HOMBRE PEZ

Hoy Morgan Bourchis es apneísta de profesión y doble campeón del mundo en la disciplina de inmersión con peso constante sin aletas. Hoy este deportista se jacta de bajar buceando más de 100 metros con la única ayuda de su magnífica técnica de braza adquirida en sus años de nadador. Hoy este francés de 38 años presume de sumergirse en cualquier océano compartiendo el espacio de tiburones, tortugas, atunes y otros peces enormes a los que dice "aprecia y respeta muchísimo".

PASIÓN TARDÍA

Morgan es un tipo tranquilo y callado. Risueño y con un cuerpo sin un milímetro de grasa. Cuando le ves pasear con su equipo de buceo en la mano izquierda por el pantalán del puerto de Radazul en Tenerife, a donde viajó para la presentación del reloj Pélagos de Tudor, notas ese imán que el agua salada ejerce sobre él. "Adoro el mar, es mi especialidad en la apnea", comenta sobre las disciplinas que permite su deporte. Algunas como las dos de apnea dinámica -con y sin aletas- se desarrollan en piscina.

La apnea fue una pasión tardía. De pequeño era fan de los Chicago Bulls de Michael Jordan y ese amor por "perseguir una pelota" lo mantuvo hasta los 21 años. En ese momento su carrera universitaria y la guía de su profesor de natación, que practicaba de manera complementaria, le llevaron a centrarse en el medio acuático. "El baloncesto era diversión; la apnea, mis estudios". Morgan estudió Ciencias del Deporte y la incidencia de la presión sobre el cuerpo humano fue el tema que eligió para su tesis. Así que la apnea se convirtió en su trabajo y él tuvo que hacer de cobaya para si mismo. Aún se ríe cuando menciona esa palabra: cobaya.

La primera vez que la practicó se hizo ida y vuelta de una piscina de 25 metros. Hoy puede recorrerla más de 10 veces. No sólo eso sino que cada inmersión sirve a este francés para estudiar cómo reacciona su cuerpo ante las variaciones que se encuentra.

Es como un científico de la apnea. En el campeonato mundial se le conoce como 'Don Perfecto' por su meticulosa manera de preparar cada inmersión. Eso no quita que su propia madre siga asustada por el trabajo al que se dedica su hijo y al que querría, probablemente, seguir cogiéndole de la mano para que no le engullera el fondo marino.

SOLEDAD

Pero Morgan parece no necesitar compañía. En los dos días que pasó en Tenerife solía viajar sólo en los traslados entre hotel y el mar. Aislado. Como si no fuera muy sociable, algo que, en cuanto cruzas dos palabras con él, descubres que no es cierto.

Quizás sea una costumbre de su disciplina. La soledad. Pasar cerca de siete minutos completamente sólo, con la única compañía de los latidos de tu corazón y toneladas de agua por encima es algo habitual en su vida.

"¿En qué piensas a 100 metros de profundidad?", le pregunto. "Absolutamente en nada", contesta sin inmutarse. Asegura que, en ese momento, está tan centrado en la inmersión, que su mente permanece en blanco. "Si te invade el miedo ahí abajo, es imposible volver", añade como si la posibilidad de ahogarse supusiera algo baladí como perder un campeonato y no la posibilidad de morir.

En medio de la cena, en la que come frugalmente pese a que el Mundial de Apnea no comienza hasta septiembre, Morgan relata cómo perdió el último. Ocurrió de una manera un tanto ridícula para un hombre tan meticuloso y perfeccionista como él.

Cada inmersión tiene unas normas para ser válida. Se trata de subir con un distintivo que se recoge a la profundidad que uno elige, para demostrar que lo ha conseguido. Posteriormente, se debe realizar un protocolo de seguridad que consiste en mirar directamente a los jueces de la competición. Llegado ese crucial momento, Morgan se confundió y dirigió su mirada hacia un cámara de televisión. Su gesto le hizo perder la marca. "Al menos, tendrás unas imágenes cojonudas de aquella inmersión", le dice un periodista entre risas propias y del protagonista. Después, se mete tres chupitos para el cuerpo casi seguidos. Beber para olvidar.

SIN MIEDO

Resulta bastante extraño que le sucediera eso a Don Perfecto. Sobre todo, porque decía estar preparado físicamente como nunca. Quizás le falló la mente y eso, como él mismo dice, "es el 80% en la apnea". Así se lo transmitió su amigo y mentor Guillaume Nery, un mito de este deporte. Su vídeo del descenso al Dean's Blue Hole en Bahamas es mítico en internet.

Sin embargo, una desastrosa organización en el mundial de Chipre de 2015, donde las medidas estaban 10 metros más profundas de lo que mandaron los atletas, hizo que esa máquina de precisión que era Nery, y de la que Morgan aprendió tanto, sufriera un colapso en el ascenso de su intento de récord mundial a 139 metros -Nery había pedido 129-. Nery decidió a abandonar la competición para lamento de Morgan.

No obstante, Morgan sigue teniendo grandes amigos dentro del circuito de la Asociación Internacional de Apnea (AIDA). Pese a esa tremenda rivalidad que se retrata en la conocida película de apnea 'El Gran Azul' (1988), Morgan cuenta que en su mundo, al ser tan reducido y mal pagado, "hay más amistad que otra cosa". Hay amigos pero apenas se ven hijos. Se dice en el circuito que eso -tener familia- "nubla la mente". Te provoca más miedo cuando estás ahí abajo y ese es un sentimiento que no se puede permitir. Un sentimiento que Morgan asegura no conocer. "Soy humilde y siento un profundo respeto por lo que hago pero jamás he sentido miedo", comenta el francés.

Tampoco lo experimentó durante su última inmersión, el pasado junio. Fueron 109 metros de profundidad sin ninguna ayuda. "Sentí que no había alcanzado mi límite", confiesa como si a esa profundidad llegara cualquiera.

PREPARACIÓN FÍSICA

Sin embargo, cuando retrocede a los tiempos de sus comienzos, a la época en la que comenzó en el club de apnea de Marsella -donde entró como un amateur y del que ahora es su presidente- recuerda aquella primera inmersión cuando, al volver de apenas 20 metros, pensó que jamás podría llegar más hondo. "Cuando crees que estás rozando el límite, no te preocupes porque siempre tienes reservas", apunta.

Él, a día de hoy, no encuentra límites a su carrera. Dice que la apnea, al no ser un deporte explosivo, le permite tener una vida profesional larga por delante. De momento, continúa entrenando a tope para volver a ser campeón mundial en 2017. Su secreto para estar en forma, mezclar sesiones de ejercicio aeróbico con apnea.

No hace de su alimentación algo extremo. Come de todo, pero siempre de forma saludable. Así mantiene vivo el sueño que siempre acarició de pequeño, ser un atleta profesional: "Tengo la suerte de vivir de mi pasión", comenta mientras sonríe.

Quién se lo hubiera dicho hace 30 años, cuando el mar era el fruto de sus peores pesadillas infantiles. Viéndole con el pelo mojado de agua salada y el neopreno a medio sacar tras una sesión de exhibición para periodistas con esa sonrisa perenne parece imposible. Más si cabe cuando suelta las gafas y las aletas y, ya duchado pero todavía con esa resaca marina en el cuerpo, se lanza a narrar ante todos que el recuerdo más intenso que guarda de toda su carrera fue cuando se encontró en una inmersión a un tiburón de más de cinco metros en Bahamas. Por supuesto, continuó como si nada hubiera ocurrido. ¿Qué escualo se atrevería ahora a atacar al hombre pez?


Fuente:
http://www.elmundo.es/vida-sana/cuerpo/2016/07/24/5790b40fe5fdea85658b4640.html
« Última modificación: 24 de Julio de 2016, 01:31:51 pm por skualo »
Poco es tanto cuando poco necesitas


http://www.volverparacontarlo.blogspot.com
 

Desconectado Rafa Guti

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Re:Artículo de apnea en diario elmundo
« Respuesta #1 en: 24 de Julio de 2016, 09:48:36 pm »
lo he leído esta mañana

interesante!
 

Desconectado TRASKI

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Re:Artículo de apnea en diario elmundo
« Respuesta #2 en: 25 de Julio de 2016, 09:40:19 pm »
Yo pienso que para ser campeon en alguna modalidad de apnea,( Y diria que en casi lo que sea ) hay que nacer yá con algunas cualidades fisicas, otra cosa, es que despues se entrene más o menos. Nosotros hacemos apnea para pescar, pero de ahí a ser campeones en esta disciplina hay un trecho. Este hombre empezó tarde a prepararse en la apnea, y aún  así ha conseguido llegar a lo mas alto. Queda muy bonito eso de que la mente es el 80% de los logros  [gafasol], pero si no tienes una buena capacidad pulmonar, poco puedes competir contra los que si la tienen, y se entrenan tambien para ser campeones  [risa2] [risa2] [risa2].

Pero el artículo está bien, y es interesante. Gracias Tomasín  ;).
<( La pesca submarina, mi otro mundo )>
Llegar a viejo pescando, es mejor que buscar la pieza de tu muerte.
 

Desconectado Marco

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Re:Artículo de apnea en diario elmundo
« Respuesta #3 en: 08 de Agosto de 2016, 10:19:44 pm »
Interesante artículo.

Yo no sé... Todos estos apneístas extremos o se mueren, o quedan "tocados"...  [triste]

Es cuestión de tiempo. Yo me buscaría otra manera de ganarme la vida.
Un mal día de pesca es SIEMPRE mejor que un buen dí­a de trabajo



 
Han agradecido: dentex

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