Tiempo hace de esto, ya dos años.
Recientemente tuve otro aviso, pero llevo una semana que cada vez que lo pienso me da un chungo. Ahora mismo ando bastante pensativo, tal vez por eso escriba.
Resumiendo mucho.
Misma zona. Esta vez a 17.5m, pero con el handicap de salvar una gruta con forma a ras de fondo cónica de unos 9 metros de profundidad, totalmente oscura. Lo bueno ... sin erizo (el diadema pasó a mejor vida). Meraco de lado al fondo del todo, tiro en el opérculo mortal, pero que no lo desconecta. Llevaré unas 3h para sacarlo, es un Miura.
Lo crítico.
La penúltima bajada he dejado el desenrocador en el fondo de esos de metro y medio, no llego a agarrar el talón de la varilla con la mano (da una idea de la casita del mero). Bajo, entro, engancho el talón de la varilla, giro y tiro con la fuerza de Hércules, y noto que el pescado afloja. ¿Qué hago como buen gilipollas? Subir de nuevo y recuperar? .... pues no. Como la sensación de vencer después de tres horas es indescriptible, hago un segundo tirón, esta vez con la fuerza de Hércules y Zeus. El mero sale del todo .....
y se pone a nadar dentro de la caverna . Me doy cuenta de lo grave del asunto cuando veo el nylon haciendo girones delante de mis ojos. Espero a que se pare, lo hace boca arriba contra el techo de la caverna por detrás de mí. Desenredo y lentamente comienzo la marcha atrás del cono agarrando con las manos el fondo, rezando para que el mero no espabile y se ponga a nadar de nuevo, desenredo...
Cuando saco la cabeza de la cueva la moneda está en el aire, soy plenamente consciente porque me da la primera contracción difragmática en el puto fondo a 17 metros. A nada que cojo verticalidad aflojo el cinto pero lo mantendo agarrado. Cierro ojos, y al tercer aleteo decido mandar a la mierda el cinto, ya pensaré como recuperarlo si sobrevivo. Aleteo, aleteo, aleteeeeo.... ya la contracción pasa a la gafa justo cuando rompo superficie. Intento controlar las bocanadas para evitar la desconexión, pero es imposible porque ahora mismo no controlo las piernas. Levanto la mano como puedo para que el barquero me vea mientras toso en el sambódromo. Me pongo el tubo como puedo, me quedo horizontal, y me relajo, mientras escucho el motor arrancar al meter la cabeza en el agua, me ha visto. Me relajo más aún. Subo a la barca, descanso unos 15 minutos, y me echo al agua. Tiro del boyarín y el miura sale poco a poco desde superficie. Mejor, no quiero bajar otra vez.
Analizando. Me han salvado dos cosas: haberle puesto un boyarín semisumergido unso dos metros al fusil para sacar al mero, lo cual recogió mucho nailon al salir el mero, mantuvo tensión e impidió un enredo gordo. Y psicológicamente, haber mantenido la calma relativamente.
La gran cagada: los esfuerzos en el fondo y la impaciencia. Mucho CO2. La apnea estuvo por encima de 2 minutos, es cerca de mi límite a la espera. Haciendo trabajos de fondo no digamos. No respetar el margen de seguridad ante imprevistos.
A quien sirva ...
Saludos.