O lo que es lo mismo, la famosa porra o salir de vacío.
Pero dónde está el problema? Si sólo con ir a disfrutar del mar ya nos llevamos un premio.
El otro día fui a pescar y no disparé a nada, algo muy habitual en nuestras salidas de pesca, pero disfruté como un niño.
Primero de camino a buscar más hondo paso por una zona y acechando me encuentro un grupo de lubinas a la sombra descansando.
Después llego al primer punto caliente y veo que hay mucho comezón, bajo y al momento veo un banco de corvas pequeñas por mi izquierda y por mi derecha empieza a entrar un banco de espetones, alguno ya realmente gordo, opto por no disparar a ver si hay también dentones, que en este caso no aparecen en escena, pero es un placer ver como se acercan los espetones tranquilos y se van habiendo satisfecho su curiosidad.
En otra de las bajadas, escondido tras una piedra vienen en formación 3 bonitos salmonetes que me hicieron mucha gracia porque se pusieron justo donde estaba apoyado, "desde un balconcito con vistas al pescasub"
también se fueron cuando se aburrieron a un claro de arena a seguir con lo suyo.
Primer encuentro del día con los dentones, me entran unos ejemplares de poco más de kg, algo me dice que con ellos puede ir algo más gordo y prefiero no disparar, efectivamente, con ellos van un par de los de 4 kgs, pero se quedan muy muy atrás, así que otro día será.
Más adelante tendré otro encuentro con uno bien gordito que tampoco dará opción ni a saludarlo con la mano, en cambio estas corvas si se dejaron grabar tranquilamente en su grieta.
Y ya para finalizar, al salir me vuelvo a encontrar con el banco de lubinitas, que con ese comportamiento, casi tocan la punta del fusil, dudo que pasen del verano
No hay mejor terapia que la de ir al mar