Hay una realidad: el pescado es imposible que se deje de vender, es tan goloso (€ y comensales) que siempre habrá quien lo haga porque compensa. Hay que hacer que no compense, mejorando la vigilancia en puntos de venta como restaurantes que son solventes y pueden pagar las sanciones, y endurecer las sanciones a pescadores insolventes, incluso metiendo la vía penal ante reincidencia, como se hace con la conducción. El resto no sirve de nada, son muchos años ya viendo lo que ocurre.
Luego está la parte realista y política. No sé si es el caso del infractor del artículo, pero hay gente que vive de esto como cualquier otra economía sumergida, desde restaurantes que apenas llegan a cubrir costes como a "desgraciados" que no pueden hacer otra cosa, y a los que hay que dar alguna alternativa. Sé que no es justo, pero es inteligente que alguien deje algo voluntariamente porque tiene opciones y no porque se le obliga. Algunos, si no hacen esto, pueden empezar a robar o lo que sea para sobrevivir, o incluso volverse extremadamente violentos porque no tienen nada que perder. La política es una mierda, pero es lo que hay.
Saludos.