Llevaba tiempo sin contar una salida de pesca, os cuento una que acabó bien, aunque como ya sabemos no nos lo ponen fácil.
Es un día en el que nada es lo que parece, pensaba que encontraría el mar con más oleaje y no fue así, después parecía que estaba más limpia, pero era un espejismo, sólo estaba muy limpia en superficie, cuando empezabas a bajar se volvía verde y para colmo había una corriente de las que te ponen a prueba las piernas que no contaba con ella.
Pese a todo eso empiezo a pescar y voy tanteando diferentes fondos, aunque solo encuentro un par de grupos de pequeños espetones y algún dentón pequeño, todo eso intentando mantener posición con la corriente.
Me estoy acercando a una punta muy expuesta a la corriente pero que al mismo tiempo suele tener movimiento, hago una bajada antes de llegar y cuando me poso en el fondo veo pasar un auténtico trolebús, un precioso dentex de los que pasan las dos cifras, que muy tranquilamente sigue su ruta sin inquietarle lo más mínimo mi presencia...claro, sabía perfectamente que no estaba a tiro ni de coña.
Subo y relajo pensando en el bicharraco que acabo de ver mientras remonto la corriente y calculo para caer justo en el punto que quiero......ahora!!, golpe de riñón, caigo...caigo....caigo y bingo!! es justo donde quería, tal como me poso noto que la corriente es muy fuerte y la visibilidad perfecta para pillar de imprevisto a alguna presa, ya que la corriente la limpia lo suficiente y veo un par de colas de dentón de buen tamaño en el límite de visibilidad pero sin opción, aguanto y justo al final de la apnea veo que por arriba entran tres serviolas de unos 5 a 6 kgs, entraban bien pero giran muy pronto y se quedan unos metros delante de mi manteniendo la posición mientras nadan a contracorriente.....intento ganarles algo de terreno con la mano, pero es imposible, final de la espera + exceso de corriente, prefiero abandonar el sitio sin espantarlo todo y tener otro intento.
Otra vez en superficie, pero he perdido la posición y esa punta vale la pena pescarla otra vez y ahora es cuando los de infantería tiran de galones, ponen las aletas en modo automático a 3/4 de potencia, posición lo más hidrodinámica posible y a cortar la corriente como un cuchillo, al rato sé que ya estoy encima de la posición, pero no es suficiente, hay que sobrepasarla y calcular lo que voy a tardar en recuperar la relajación y calcular la caída, en resumen, 20 minutos después estoy listo para otra bajada, golpe de riñón, caigo, caigo y biiiiingo otra vez, estoy justo donde quería. Qué decir que de las serviolas ni se sabe ni se sabrá, pero veo pasar un dentón, otro y otro pero su rumbo no es el mío y la distancia tampoco, pero ojo!! el tercero ha girado, está lejos pero no voy a tener más opciones, encaro, disparo y veo salir el dentón dejando una estela de burbujas y meterse debajo de una roca, no tengo ni idea de cómo ha sido el tiro pero con esa salida será malo así que hay que soltar todo y ya bajaremos a por él.
En superficie....y aleteando para mantener la posición
se ha metido hondito así que toca recuperar tranquilo mientras minimizo los aleteos que me mantienen sobre él, bajo lo pillo de la cola mientras se debate, lo saco de la raja y para arriba. El tiro era malo, barriguero, aunque en la zona ojete que tiene refuerzo de espina, menos mal. (En la foto se ve la varilla por la boca, pero era para sacar la foto, sólo está pillado por debajo)
Ya me dejo arrastrar por la corriente mientras remato y cuelgo en la boya, me he quedado fundido así que impensable intentar remontar corriente, sigo pescando mientras me dejo llevar y ya no veré nada más.
Lo bien que duerme uno después de un día así, con un buen dentón y con las piernas como Indurain después de una etapa del Tour
La foto: