Siempre habia tenido la curiosidad de probarlo. De pequeño veraneabamos en Donostia y yo me metía a las rocas con mia alteas, gafas y tubo, a ver lo que se gestaba por ahí. Me acuerdo de una vez que me salió en toda la cara un Cabracho enorme por debajo de una roca y salí escopetado del agua, con el susto que me dió.
Después en mi juventud perdí el contacto con el mar.
Hace un año y medio, ya en la treintena es cuendo he tenido la opurtunidad de probarlo, gracias a un compañero de trabajo, de esos que se compra todo el material a tocateja y a la primera de cambio lo deja.
Empecé hará un año y medio, con su material y ahora sigo con el mío, gastandome lo que tengo y no tengo en esto de la pesca que me encanta.
En definitiva, empecé por capricho.