Pues hay muchos méritos para colgar la foto y las explicaciones pertinentes. Entre el madero, el hecho de que sea un dentón del norte que da la talla (no vemos ninguno y me consta que se pillan, pero es que los norteños son unos callados), etc, bien viene un relatillo....
Noooo, qué va, hombre!!!.
La verdad es que tienes parte de razón. Pero voy a dar mi versión del por qué somos callados... sobre todo entre los pescadores del Norte (y más en Asturias).
Aquí, la verdad es que aquí no es que haya una abundancia de pescado como en Galicia, por lo que la pesca se hace complicada. Si a eso le añadimos la cantidad de buenos pescadores que proliferan por esta costa...pues no os quiero contar cómo corren los sargos!!!
.
Es más, para poder acercarme con garantías al pescado, he llegado a añorar salidas de pesca con el agua turbia (amarillina, que dice mi amigo y grandísimo pescador, el Sr. Diego).
En cuanto al dentón, os contaré una anécdota que ilustra el por qué de nuestro silencio.
Hace unos 9 o 10 años, mi amigo (y repito, grandisísimo pescador) Diego cogía a razón de 50 DENTONES cada verano. Sí, sí, 50. Y DENTOS con mayúsculas. Es decir, dejaba pasar los de 3 o 4 Kg y se cargaba a los de 6, 7, 8 Kg. Y recuerda que detrás los había aún mayores.
íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿Cómo logró dar con la clave?. Pues muy fácil. Un buen día, cansado de coger sargos un día y otro día (salía a diaro, el muy cabrón
), le dio por hacer largas esperas a ver qué pasaba. Y se dio cuenta de que detrás de los enormes sargos que le entraban, había unos "cuerpos extraños" (cito literalmente). Insistió el primer día con las esperas y probó a esconderse mejor. Lo que vio (aún hoy se le ilumina la cara) le dejó parado: un MURO de dentones de todos los calibres. Baste decir que lo rodeó una nube de bichos de 3 a 4 Kg.
Como a Diego de tonto le ha tocado lo que a mi de guapo (
, no puedo garantizar que el resto del relato esté a la altura de esta ingeniosa frase!!), esperó a que le entrase uno bien cebado y le azotó siguiendo las ilustres enseñanzas de su mentor (el Sr. Tano, que en paz descanse). Es decir, a la cabeza y procurando no desgarrarlo. Cogió uno y se fue para su casita tan contento, ante el alborozo de Tano.
Y así un día y otro, y otro. De uno en uno y afinando el tiro. De esta manera, se garantizaba que el bálamo no tuviera la memoria colectiva suficiente como para ver en su corpachón una seria amenaza.
Pero un buen día salió a la mar con dos personas y les demostró, empíricamente, dónde y cómo se cogían los dentones (también jodío ese día un breado de 4 Kg, para variar
).
íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿Qué pasó?. Pues que así un día y otro, y otro, comenzaron estos señores (y otros, porque se corrió la voz) a disparar al bálamo a diestro y siniestro. Desgarrando peces y logrando que arraigase el peligro en la memoria colectiva y, lo que es peor, en las generaciones posteriores (algunos me dirán que los peces son tontos y sin cabeza... ya, ya, a esos los tiraba yo en cualquier playa de Gijón a ver qué hacen con los sargos "universitarios").
En resumen, que pasó de coger 50 a uno, o ninguno.
Por tanto, hoy en día podemos decir que sí, hay dentos en Asturias (y en Galicia, y Cantabria y País Vasco), pero que cuando los encuentro, bien que me lo callo. Y si lo cuento, lo hago "sotto voce" y a quien sé es de confianza (de 2 a 3 personas, máximo).
Al día siguiente de coger Ramón el que aparece en la foto, yo maté uno de más o menos el mismo peso. Había un pequeño "grupo salvaje" al que sentí "explotar" (gracias Marco
). Procuré buscarme hendiduras en las rocas y ocultarme en la sombra y con el sol a la espalda , y pasé a verlos. Se mantenían a una distancia prudencial (para ellos, claro) a la que no llegaba mi Jedi (ay si llego a tener el Medijedi, se cagan).
Tras unas 5 o 6 esperas concatenadas que rondaron el 1íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚´40'', en la última de ellas decidí desplazarme al minuto de una hendidura a otra en forma de "V" que estaba a unos 4 metros.
Et, voilá!!. Empezaron a pasar de uno en uno y estricta formación de combate. Elegí el que mejor me vino (no el que quería... ese siempre se queda atrás!!
) y le metí un varillazo que lo pasó al hilo. 1íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚´50íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚´íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚´ de apnea, recuperación fácil del pez y a la lancha, a pasárselo por el "focico" a Diego.
(esto último, fue lo más divertido).
Ahí queda la historia.
Ah, se me olvidaba. No tuve que descender más de 5 metros
El verano pasado "jodí" uno a 1 metro de agua y cuando ya salía de vacío. Así que, atentos todos al movimiento de las bogas.
Saludos.