Por aquí por el norte hace muchos años que llegan con el aumento de la temperatura del agua, si bien es verdad, que últimamente parecen volverse más estacionarios.
Hace años los pescaba alguna vez, cuando vivía con mis padres y ellos me insistían en llevarles alguno, pues les encantaba. NUNCA me gustó pescarlos, siempre me pareció un crimen disparar a un animal que se te queda mirando la punta del fusil sin saber qué coño es aquello. Como paso tanto de ellos, supongo que ya lo saben, y últimamente en mis salidas dedicadas a la espera tengo que llegar a pincharlos (sin disparar) para que mantengan la distancia. He llegado a pincharlos y no irse, se alejan un par de metros y se quedan dando vueltas. Increible.
Pues con todo este bagaje de "contactos" y nunca temer por ellos manteniendo las distancias, en una ocasión me hicieron abandonar una zona de pesca. Fue en Málaga, hace años, llevaba un par de animalitos parecidos al pulpo pero de pesca legal...
. Como suelo trincarlos y limpiarlos en el agua mismo, cuando llevaba el segundo ya tenía todo el entorno poblado de ballestas. Estaba bastante alejado de costa, y llegaron de mar adentro (vete tú a saber). Cada vez se acercaban más, y no se molestaban lo más mínimo cuando los empujaba con el arpón. Lo que llevaba en el cinturón cada vez les apetecía más. La cosa se ponía mal...
Ni de coña iba a soltar mis dos presas, así que la cosa pasaba por ahuyentarlas. A unas cien...
Como los empujones no sirvieron, herí (sin disparar) alguna en la zona de la cola, a ver si se piraba y arrastraba a las demás con ella. Craso error. La primera se revolvió sin alejarse, la segunda me enfiló. Fue como si diera la señal de ataque. Unas intentaban acercársele a la herida por detrás, ésta esprintaba en arrancadas lanzando ataques a las que se le ponían delante y a mí si cuadraba. Con todo, el banco en general empezó a ponerse aún más nervioso. Cuando me rozó la primera entre las piernas empecé a darme cuenta de que la cosa iba en serio. Pensaba, "joder, qué coño, sólo son ballestas, qué mi madre hacen?, que les den!". Enfilé y aletee para alejarme de aquella zona (llevaba un tiempo en vertical). En cuanto me puse en horizontal, no sé cuántas, pero más de una trincaron carne en las presas que llevaba en el pincha. Noté claramente los tirones y los roces. Me paro, me doy la vuelta y Diooooooos!!! estaban frenéticas, y todas encima. Me cago en la pu.., estaban rabiadas!!!. Supongo que muertas de hambre. Hubo que negociar... Les corté la cabeza a los animalitos que llevaba, los trocee y los lancé lejos de mí. Funcionó. Mientras se disputaban aquello, volví a aletear en plan poseso y a alejarme de allí. No volví a verlas...
Cuando salí del agua, la sonrisilla del primer contacto ya no estaba dibujada en mi cara.
Cuidadín.
Javi.
Pdta. Hace muchos años, a un amigo le jodieron un gemelo, aquí en Asturias. Era un ballesta de dos kilos. Le pegó el tiro, la atravesó y la dejó en el hilo. Se puso a cargar el fusil con la ballesta en el hilo, para tirar a mas
. La que estaba en el hilo se puso a dar vueltas, y por detrás... zaaaaas, bocado en el gemelo. Le arrancó un "bocadín" del neopreno de 5 mm que llevaba, y con el neopreno, un trozo de tejido "carnoso". Cinco puntos...
Si el pez es grande, y el neopreno "normalín" el bocado puede llegar a calar, íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡ comprobado !!! así que no os fieis en exceso por llevar traje encima.