Sábado 4 noviembre
He quedado con Joe a las 07:30 en mi casa para una mañanita de pesca.
Nuestra intención es tocar una zona prácticamente nueva en busca de algún pelágico que pueda estar rondando. Ultimamente se han visto lechas y bacoretas kileras por lo que se nos hace la boca agua en el trayecto hasta la zona, hablando de pesca e imaginando lances de película.
Llegamos a la zona y nos ponemos a hacer rally con el coche para llegar a la orilla de la playa, pues hay que bajar un desfiladero pronunciado y el suelo esta embarrado...nos lo pasamos bien!
Al llegar nos damos cuenta que la zona no está protegida del fuerte levante que impera y decidimos cambiar de zona, ya que dudamos de la visibilidad del agua, y al no llevar barca...nos la estaríamos jugando a una carta y no hay necesidad. Decidimos que la elección de una zona tranquila, aunque no sea tan fructífera será mejor. Y si nos vemos bicharracos, al menos..haremos algún salmonete, que friticos están ....bua!
Llegamos a la zona reserva y nuestra sorpresa es que no hay nadie en el agua, esperábamos que estuviese infectada, pero NO!
Nos vestimos y al agua.
Empezamos haciendo esperas en un fondo de 5-7-9 metros en busca de algún sargo de buen porte o alguna lubina, pero como es de esperar, no hay resultados. Hemos ya doblado la esquina de la cala y Joe se decanta por seguir el acantilado pegado a la pared, yo me quedo más alejado sobre un fondo de 10-11 metros , pues veo bogas y la ilusión me puede.
Ventilo y caigo, doy apenas dos paladas y me dejo caer, a media agua veo el que será mi puesto, un pequeño montículo sobre un podrido, rodeado de castañuelas. Los sargo me rodean, son pequeños y sigo apostado, Sobre el 1:35 distingo la sombra de un denton que tendrá un kilo, en mi derecha. Veo que pasa de mi y decido darme a conocer ( levanto el pecho por un segundo y me vuelvo a apostar), en efecto, el dento se gira y me viene de cara, yo lo enfilo, estará a 5 metros cuando hace un quiebre de 180 íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š.- dándome por un segundo su perfil y arrancando al azul...lo pierdo.
Podría habermela jugado y quizás lo habría pinchado, pero todavía estaba dormido.
Sigo haciendo esperas y no veo nada que supere los 500 gramos..
Me uno a Joe y decidimos ir a un bajo que en ocasiones se porta bien y nos ofrece manjares exquisitos (que se lo digan a Fran).
La reacción de Joe tras la primera bajada es : íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“íƒÂlvaro, tío, está infectado de sargos enormesíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ La verdad es que el comentario me sube la moral, es alentador, pero ambos sabemos que el objetivo principal son los dentos, así que los sargos quedarán para el segundo plato.
Comienzo a hacer esperas en un fondo de 9-10-13 metros y pese a la cantidad de bogas y sargos, no veo ningún lila, Llevo del orden de 7 esperas y no consigo dar con ellos, pero se que están, lo siento..
Un poco rendido decido picar en 18 metros, donde acaba el bajo y empieza la arena. Nunca los he visto allí, pero suelo ser partidario de estas picadas.
Ventilo a conciencia, pues no es que estuviese muy cómodo esta mañana (me estaba cagand.....disculpen!) inspiro y me dejo caer. Me quedan unos 5 metros para tocar arena y observo a un merete de kilo y medio al que he sorprendido, seguramente estaba descansando en la arena, volviendo a la seguridad que le ofrece el bajo. Es una imagen bonita, pues vuelve desconfiado pero lentamente, lo que hace que pueda disfrutarlo, además, al estar en la arena, tiene una coloración más clara y no ese marrón oscuro al que estamos acostumbrados. Me gusta.
Toco fondo y busco el más mínimo saliente que me permita camuflarme, Practicamente nada encuentro. Empiezo a hacer ruiditos y nada aparece, ya me lo esperaba, más y más... Ronda el 1:45 y casi desespero, pero de repente, en agua de 13 metros, elevada sobre mi y alejada veo una Dorada que me da su perfil, remolona pero algo interesada.
La considero casi imposible pues estoy al descubierto y me las conozco, pero vamos allá. Empiezo a atropellarla con ruidos y más ruidos, lo fuerzo y le toco la trompeta...y ella responde con un giro, me muestra su franja dorada y avanza titubeando, la enfilo y sin creermelo me animo. Entonces me da un giro de 360íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š.-, en un segundo se me ha puesto de cola, pero esta vez estoy despierto y consciente del curre que me estaba costando, así que con mi gran madero ( os dije que me estaba enamorando ) extiendo a tope y disparo. Es un tiro malo, pero la he pinchado, tan solo le ha traspasado la muerte y arranco hacia ella. Tomo mi trofeo y vuelvo al aire, lo echaba de menos.
Vuelvo al bajo y sigo con las esperas. En una de ellas, en 12 metros, caigo y me poso en un montículo que me permite observar por completo una ladera que cae hasta los 16.
El fondo es una alfombra de bogas, impresionante. Y entonces un banco de sargos gordotes me invade, consciente de lo que me puede aparecer no les diparo y sigo impaciente, esto está que hierve. Y allí está, allí aparece un hermoso ejemplar de Dentex que roza los 4 kilos, con su coloración lila oscuro, precioso. Está cazando y me pasa en diagonal, alejado, fuera de distancia de tiro. Me regala 6 segundos visuales de infarto y se retira. Al menos pude disfrutarlo de esa manera...
Después vendrían más esperas infructuosas, sin ver un vivo en condiciones y una escapada a la rocas donde depositar el sobre peso...ya me entendeis...era inevitable!
Un saludo a todos
PD: Siento el rollazo, ya que no se si compensa después de ver la foto.
La dorada dio 800 grs (Jose, la clavaste)