Hoy en mi playa favorita no se veía ninguna de las cuatro o cinco boyas habituales. Lo entiendo porque el día estaba bien jodido.
Los dos metros de ola los aguanta mucha gente, pero cambiarse cayendo chuzos de punta es solo para los yonkis del azul.
Busqué las plateadas por la arena y a medio fondo, y no me quedó mas remedio que orillarme a la rompiente para pillar estas dos hermosuras.
La receta es sencilla si pescar en rompientes no te marea y fatiga tanto como a mi. Solo tienes que buscar a los amigos mújoles y esperar a que salte la liebre.
Tuve suerte con los tiros, a la mayor le partí algo porque quedó tiesa, y a la pequeña le entró el arpón por un ojo.
Salud a todos y buena pesca.
P.d.: Siento una aguda envidia por los que tienen monovolúmenes y el portón trasero les sirve de toldillo.