Buenas gente!!! Pues aquí estoy para contaros la salida de pesca que hice el sábado.
La verdad es que nos metimos a las 8:00 y a las 11:30 estábamos fuera.
Cuando nos metimos al agua estaba amaneciendo, el agua era un plato, no corría no una gota de aire, las olas no rompían, era perfecto.
Decidimos ir a una zona de pesca que aunque la conocía, no conocía la parte donde fuimos, una escollera que acababa sobre los 9 o 11 metros, no os lo puedo asegurar por que mi profundimetro esta en la casa para que me cambien la pila, así que en tiempos y metros todo a ojo.
Nadamos hasta la zona y me decido a hacer alguna espera para abrir pulmones entre la poseidonea pero no veo nada de nada.
Llegamos a la escollera, para no estorbar al compañero que conoce la zona me pongo detrás de él. Decido hacer una espera, solo hay 3 metros no más, me agarro a las piedras y no hago nada más que agarrarme veo como algo se dirige hacia mi. Pienso que es una lisa, pero no, es una lubina kilera. Viene directa hacia mi, se gira, apunto, disparo y queda en la varilla, me apresuro a cogerla mientras pienso que por lo menos ya no salgo de vacío (cosa habitual últimamente).
Al llegar al final de la escollera ventilo en superficie donde empiezan las piedras. La visibilidad es de por lo menos 17 metros. Mientras ventilo veo como rebosa de vida, hay castañuelas, bogas, peces benjamines, etc Aun ventilando veo como cuatro dentones se pasean por el fondo a unos 10 metros de la escollera y como le acompañan un dentonaco que le calculo yo unos 7 kg. Ventilo mientras pienso como coño bajo a hacer una espera sin que me vean los dentones. Busco una solución y medio la encuentro, veo un í¢â‚¬Å“pasilloí¢â‚¬Â en la escollera para poder bajar sin que se me vea mucho. Hago el golpe de riñón, y avanzo por los bloques, hasta que llego al fondo. Levanto la vista y hay están, hay tres dentones de 3 kilos calculo yo, pero el gordo no lo veo, se acercan un poco pero no lo suficiente, así que reculo para atrás y vuelta a empezar. Bajare hasta 4 veces más pero los dentones no se acercan.
Decido dejar la zona descansar y me dirijo donde está el compañero. Me dice que ha disparado a una lubina de 1,5 kg aproximadamente y que se le ha desgarrado, que iba en un banco de unas 15. Yo le cuento lo de los dentones y seguimos pescando.
Ventilando otra vez al principio de la escollera veo como un sargo breado se acerca a la escollera, por el fondo. En milésimas de segundo hago un intrincado plan para poder pescarlo. Primero pienso en hacer una espera, pero claro si el sargo me ve se va, así que decido hacer un acecho. Aprovecho cuando el sargo se acerca a una piedra para iniciar mi acecho, donde está no puede verme ni sentirme, así que con cuidado ayudado de la mano izquierda voy avanzando, bordeo la piedra donde he visto acercarse el sargo breado, pero se ha ido a otra más profunda, aguanto en la primera piedra hasta que el sargo se tapa por otra piedra, entonces vuelvo a avanzar hacia él, cuando de repente sale de la piedra, empieza a irse pero aun no se ha dado cuenta de que estoy hay. Apunto, se esta alejando, disparo o no disparo? Pienso en todas las piezas que he perdido por esas milésimas de dudas, así que antes de que termine de pensarlo mi dedo aprieta el gatillo. Entonces parece que todo va a cámara lenta. La varilla í¢â‚¬Å“vuelaí¢â‚¬Â hacia el sargo, veo que intenta reaccionar pero la varilla le alcanza y lo deja en off. Asciendo mientras el sargo va detrás de mí sujeto por la varilla y el monofilamento. Cuando lo tengo en mis manos veo que es más grande de lo que esperaba y que la varilla le ha entrado casi por la cola y le sale por encima del ojo. No tenía la báscula, bueno pilas para la báscula, pero le hecho entre 1,700 a 2 kg.
Ya con los deberes hechos voy a por los dentones otra vez. Siguen hay pero siguen sin acercarse. Decido separarme de la escollera y hacer una espera a unos 15 metros de distancia de la misma. Veo como un dentón me ve y se gira, pero sigo esperando, lo que pica la curiosidad de otro de los dentones y se dirige hacia mi, pero cuando está como a 12 metros se gira, entonces me acuerdo de la técnica del pulpo, y la pongo en práctica, levanto la cabeza y me agacho y para sorpresa mía esto hace que el dentón me enfile. Apunto, un poco más, un poco más, un poco más el dentón se gira, disparo yfallo!! Por que habré esperado tanto, tenía que haberle tirado de frente.
Bueno vuelvo a la escollera, ventilo y mientras ventilo veo como una lubina de unos 2 kg va bordeando la escollera, hago como con el sargo pero más rápido, cuando la lubina pasa por delante de una piedra me dirijo raudo a por ella, en cuanto pasa el bloque me mira, la miro, acelera el ritmo, apunto a la desesperada, disparo, pero la varilla veo que no llega a su destino, se me ha ido el tiro demasiado atrás, no he calculado la velocidad de la lubina.
Ahora en la escollera la vida se ha ido. Las castañuelas no están, las bogas tampoco y solo quedan unos alevines. Son las 9:30 y no volveré a ver a los dentones ni ningún otro pescado tirable, así que con esto decidimos dar por concluida la jornada, salimos nos cambiamos y a las 12:50 estamos en la terracita de un bar con un tercio en la mano recordando los mejores lances.
Se me olvidaba contaros que en una bajada que hice en la escollera tuve la suerte de tocar con la mano una anémona y al ponerme el tubo dejar varios tentáculos en la cara, así que salí con los labios como Carmen de Mairena y con dos marcas muy majas a ambos lados de los labios, je,jeun recuerdo de la salida de pesca.
Aquí os pongo unas fotitos.
Las piezas.
La verdad es que tenía el labio como el breado.
El labio por la noche La inflamación había bajado pero la marca no se habían quitado. Aun las llevo.
