Dos amigos se encuentran:
- íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡Hombre, Manolo! íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡Qué alegría verte! íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿Qué es de tu vida?
- Pues mira, ahora me estoy dedicando a la lógica.
- íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡Anda! íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿y eso qué es?
- Pues mira se trata de... bueno, mejor te lo explico con un ejemplo. Tú eres ecologista, íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿verdad?
- Sí.
- Entonces te gusta la naturaleza.
- Claro.
- Y también te gustan los animales, y los pájaros y los peces.
- Pues sí.
- Por ejemplo, los meros.
- Ya te digo, un mero bien hecho...
- Y claro, si te gustan los meros, también te gustara el mar.
- Pues sí, yo me voy todos los años a la playa.
- Y si te gusta el mar, también te gustaran los yates.
- Sí, si pudiera...
- Claro, ahora imagínate que tienes un yate con la cubierta llena de rubias en bikini.
- íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡Fffff!
- íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿A que te gustaría tirártelas?
- íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡Toma!
- Bueno, íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿pues ves? esto es la lógica, sabiendo tan solo que eres ecologista puedo llegar a deducir que te gustan las rubias.
- Ah, qué curioso...
Total, que se despiden, y luego el lepero se encuentra con otro amigo.
- íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡Hombre, qué casualidad, si acabo de ver a Manolo!
- íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿Ah, sí? íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿Y qué es de su vida?
- Pues ahora se dedica a la lógica.
- Ah... íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿y qué es eso?
- Pues... mira, te lo voy a explicar con un ejemplo. íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿Tú eres ecologista?
- Pues la verdad es que no.
- íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡Maric..n!