í‚«Primera regla, nunca tengas nada a tu nombreí‚»
Fecha de publicación: 21/9/2008
íƒÂngel es el nombre ficticio de un coruñés que se reconoce furtivo. í‚«Esta mañana saqué 12 kilos de pulpoí‚», admite, mientras afirma no haber tramitado una licencia en los 20 años que lleva practicando la pesca submarina. Asegura que en toda esa experiencia jamás se vio en la obligación de dar explicaciones a nadie y que la falta de vigilancia es la causa de que el fenómeno se mantenga con la dimensión que tiene: í‚«La primera regla del furtivo, digamos profesional, es no tener nada a su nombre. Siendo un insolvente no tendrá que pagar las sanciones si le pillan. Como máximo, un coche barato; el Mercedes ya lo pone a nombre de la mujerí‚», explica íƒÂngel, que aporta una segunda regla de oro para el ilegal: í‚«Nunca lleves el marisco en el mismo coche que el equipo de buceoí‚».
Mucho dinero
íƒÂngel admite que el mar da mucho dinero a los furtivos que, en función de su talento y la especie a la que ataquen, pueden sumar ingresos muy notables de hasta 500 euros o más al día. En algunos casos, están tan organizados que cuentan con colaboradores que les recogen el marisco, les avisan de la llegada de patrullas o lo comercializan en pequeñas redes de distribución ilegal.
Por cada furtivo que vende, hay otro que compra: í‚«La mayoría ya tienen a quién vender, incluso los hay que trabajan por encargo para establecimientos que les hacen encargos concretos, para una boda, por ejemploí‚». En este caso, íƒÂngel es un furtivo atípico, un aficionado cuya fuente de ingresos proviene de otra actividad profesional, pero tiene clara una tercera ley: í‚«Los que tienen licencia también furtivean, porque siempre sacan más del cupo que tienení‚».
En cualquier caso, ni íƒÂngel ni nadie considera que en Ferrol se haya llegado a usar, como se ha dicho, dinamita.