El problema no es el acero (o no solo), sino el tratamiento térmico.
El producto final depende de muchos factores. Uno de ellos es la materia prima, porque hay aceros que no admiten temple y por más que quieras, no podrás endurecer (los 304 o 316). Hay otros que si, pero entonces entran en juego muchas variables como temperatura alcanzada, tiempo de calentamiento, si el temple es en agua o aceite, temperatura del medio de enfriamiento, revenido para aliviar tensiones, etc, etc, etc.
Las Demka tienen fama de buenas, Hay otras marcas que son inconsistentes; hoy tienes una varilla buenísima y mañana una mantequilla.
En varillas americanas, por ejemplo, Ray Odor hace unas buenísimas (a veces), porque a veces, vienen torcidas, o mal mecanizadas, o la aletilla viene descentrada. El viejito tiene 80 y tantos años y las hace de manera artesanal. Las Riffe vienen todas buenas (y carísimas), las sudafricanas son muy buenas, pero oxidan. En fin, no existe el mundo perfecto. Siempre hay que pagar un precio...